Una investigación realizada por el IATA (Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos) del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), trabaja en una posible solución contra el hongo de la ‘podredumbre verde’ en los cítricos, el Penicillium digitatum. Se trata de un hongo necrotrófico patógeno que hiere la superficie de los cítricos y es responsable de causar enfermedades como putrefacción verde.
El caso es que este hongo provoca enormes pérdidas económicas a nivel mundial, por lo que una solución ayudaría a reducir las pérdidas económicas y el gran volumen de desperdicio alimentario que causa. Los expertos estudian un tipo de proteínas antifúngicas denominadas AFPs que son producidas por hongos filamentosos o mohos, organismos de gran importancia que degradan la materia orgánica para convertirla en formas químicas simples que acaban formando parte del suelo.
Los investigadores han descubierto que una proteína en cuestión tiene efectos múltiples frente a la amenaza de la denominada putrefacción verde, dificultando su aparición y facilitando el desarrollo de nuevos antifúngicos específicos. Los expertos comentan, además, que no sólo se puede proteger la postcosecha, las proteínas pueden aplicarse en otros ámbitos, agricultura en general, en medicina, en tecnología alimentaria, etc.
Los responsables del estudio trabajan en la caracterización de proteínas antifúngicas como las AFPs, que se consideran muy estables, catiónicas y ricas en cisteínas, además de ser de interés biotecnológico por su elevada capacidad antifúngica, pudiendo impedir el crecimiento de hongos patógenos en vegetales y seres humanos, y de hongos que producen compuestos tóxicos y alteran la composición de los alimentos.
Este equipo ha publicado recientemente un trabajo en el que describe cómo funciona la proteína antifúngica AfpB frente al hongo Penicillium digitatum, causante de la podredumbre verde de los cítricos. Según los resultados obtenidos, la proteína en cuestión impide la defensa del hongo con compuestos tóxicos, ya que reprime los genes responsables de codificarlos, causa la apoptosis celular del hongo, afecta a la síntesis de acetoína, compuesto orgánico que se sintetiza de forma natural en la fermentación alcohólica, y que también contribuye a la actividad antifúngica de la proteína.
Los investigadores han utilizado técnicas transcriptómicas como la tecnología RNAseq (Secuenciación del Transcriptoma Entero para Clonación al Azar), que permite la secuenciación masiva y precisa para desvelar la presencia y cantidad de ARN de una muestra biológica. Gracias a este trabajo se ha podido determinar qué genes presentan una respuesta más contundente, tanto de inducción como de represión ante la proteína antifúngica AfpB, así como las rutas metabólicas del Penicillium digitatum que se ven más afectadas por la acción de la proteína.
Los expertos comentan que las infecciones causadas por hongos afectan a la salud humana y a la seguridad alimentaria, ya que dañan la producción agrícola y provocan enfermedades en los animales productores de alimentos. En la actualidad, existen pocos tipos de fungicidas en el mercado, situación que unida al uso excesivo en el sector agrícola, ha provocado el desarrollo de hongos resistentes, así que es imperioso crear determinadas moléculas antifúngicas alternativas a las existentes y cuyo modo de acción sea diferente al del resto de fungicidas, de este modo se podrá combatir con eficacia a estos hongos patógenos.
El estudio profundiza en el modo de acción de la proteína AfpB, de la que se destaca que tiene múltiples dianas, lo que dificulta la aparición de resistencias y facilitará el desarrollo de nuevos productos antifúngicos de gran eficacia. Podéis conocer todos los detalles de la investigación del IATA a través de este artículo de la revista Microbiology Spectrum.