Hace unos 7 u 8 años las colonias de abejas empezaron a morir y desaparecer masivamente en muchos países del mundo, es un tema muy preocupante, dado que su actividad está estrechamente vinculada a la producción de alimentos, siendo esencial para el desarrollo de numerosas plantas y árboles, en muchos casos existe una total dependencia de las abejas. Como daño colateral de la reducción del número de colonias, se reduce la producción de miel en muchos países, y esta reducción se incrementa año tras año. Las abejas son un importante aliado en la producción alimentaria del mundo, se calcula que hasta una tercera parte de los alimentos que consumimos están vinculados a la actividad que desarrollan, por lo que su extinción representaría un verdadero problema. En el post Los alimentos y la polinización de los insectos nos hacíamos eco de una investigación en la que se determinaba que el valor económico del trabajo que realizan los insectos con la polinización, se cifraba en unos 153.000 millones de euros al año en Europa, por lo que se pueden considerar además, parte importante de un motor económico.
En este vídeo Marla Spivak, una entomóloga de la Universidad de Minnesota que trabaja desarrollando aplicaciones prácticas que puedan proteger las abejas melíferas de las amenazas, enfermedades, productos químicos, pesticidas, parásitos, etc., trata de responder en su exposición ¿por qué las abejas están desapareciendo? Empieza mostrándonos un supermercado cargado de todo tipo de alimentos, ello es gracias a las abejas, pero ¿qué pasaría si éstas desaparecieran?, el resultado se refleja en una imagen de la cantidad de alimentos que encontraríamos en un supermercado, podemos ver que una buena parte de los expuestos desaparecerían, reduciendo significativamente la actual variedad alimentaria.
Las abejas son las más importantes polinizadoras de nuestras frutas, verduras y todo tipo de cultivos alimentarios que abastecen a seres humanos y animales. La experta explica que las abejas están ahí porque deben alimentarse, con su actividad polinizadora obtienen todos los nutrientes que necesitan, su continuo movimiento de flor en flor es comparado con un gran supermercado floral exclusivo para abejas, la moneda de cambio es el polen que facilita la polinización y por tanto, el desarrollo de los frutos. Como dato curioso, explica que en aquellas zonas del mundo donde no hay plantas que son del interés de las abejas, unos operarios deben hacer a mano lo que no hacen las abejas, polinizar las flores con un pincel, un trabajo arduo, mucho más lento y menos productivo que el que desarrollan las abejas. Marla Spivak explica que este trabajo de polinizador ya no es tan poco común como antaño, los productores de tomates de algunos países deben polinizar a menudo las flores de las tomateras con un aparato concebido para ello (un vibrador de mano o estimulador de tomates), es necesario utilizar este aparato porque el polen de las flores de tomateras está muy aferrado y no se libera fácilmente, es necesario liberarlo agitando cada flor. Este trabajo lo realizan con mucha más facilidad, precisión y rapidez los abejorros por sus particulares características, son capaces de agitar las flores para obtener el preciado polen.
Actualmente muchos productores deben contar con colonias de abejorros en los invernaderos para conseguir una polinización eficiente y paralelamente, tomates de mejor calidad. Sin embargo, no se trata sólo de tomates, hay que ampliar la preocupación, nos habla del vínculo entre el ser humano y las abejas desde el principio de la historia, la miel ha sido y es uno de los productos que han atraído por sus características a los seres humanos. Desgraciadamente y como sabemos, es urgente salvar a las abejas, año tras año se reduce la producción de miel, signo inequívoco de que se reducen las colonias, pero como hemos indicado, lo más preocupante es la posible reducción de las cosechas de diferentes alimentos con los que se puede garantizar el suministro alimentario. Curiosamente siempre se habla del reto de poder alimentar al mundo en el año 2050, y de la necesidad de incrementar la producción de alimentos al menos en un 70%, pero del papel que desarrollan las abejas poco se habla. Sin abejas este reto se complica enormemente, de ahí que a finales del 2011 se realizara en el Parlamento Europeo un llamamiento urgente para salvar a las abejas en Europa, lo propio se ha realizado en Estados Unidos y otros países que ven como están mermando las colonias de abejas.
La entomóloga explica cómo empezó a introducirse en el mundo de las abejas, de cómo despertó su pasión por estos insectos y empezó a tomar conciencia sobre el importante papel que desempeñan. Habla sobre su estructura, el comportamiento social, cómo toman las decisiones, cómo dividen el trabajo, etc. Quiere transmitir un mensaje claro, no son simples insectos, son mucho más. La experta habla de los propóleos, una sustancia que las abejas obtienen de las yemas de los árboles, esta sustancia es procesada y convertida en un potente antibiótico natural con el que recubren las paredes de las colmenas, esta sustancia mata a hongos y bacterias, una especie de inmunización social a gran escala. Esta sustancia también ha sido recolectada por el ser humano para fines medicinales dadas sus magníficas propiedades, aunque hasta hace poco no se sabía lo beneficioso que resultaba para estos insectos, gracias a ella, se han mantenido saludables durante millones de años.
Marla Spivak realiza un resumen de lo que ha ocurrido en los últimos años, hace unos 7 u 8 años empezaron a morir colonias enteras de abejas, primero en Estados Unidos, donde se perdieron la mitad de las colmenas productoras de miel, posteriormente otros países empezaron a sufrir el mismo problema, era evidente que algo estaba pasando a nivel global, no era algo puntual o localizado en un sólo país. Las abejas mueren por múltiples causas, parásitos, pesticidas, monocultivos, ausencia de flores, etc., el resultado se traduce en un sistema alimentario disfuncional. La experta explica que la reducción de la población de abejas en Estados Unidos se ha constatado desde la Segunda Guerra Mundial, actualmente existe la mitad de colmenas en comparación con el año 1945, se calcula que hay 2 millones menos de colmenas de abejas. La razón de esta reducción es el cambio de las prácticas agrícolas a partir de 1945, se dejaron de plantar cultivos de cobertura, son aquellos cultivos que mejoran la fertilidad del suelo y la calidad del agua, pueden controlar las malezas y las plagas y contribuyen a incrementar la biodiversidad, es lo que se denomina sistema de producción agroecológica.
Se apartaron a un lado los fertilizantes naturales como el trébol y la alfalfa, que fijan el nitrógeno en el suelo y tienen un alto valor nutritivo para las abejas, por el uso de fertilizantes sintéticos. En 1945 se empezaron a utilizar los herbicidas a fin de combatir la maleza y mejorar el rendimiento de las cosechas, estas plantas indeseadas producen flores necesarias para la supervivencia de las abejas. Los monocultivos se han ido extendiendo desde entonces, mermando una fuente de alimentación importante para las abejas. La experta habla de estos monocultivos como desiertos alimenticios agrícolas, sólo se encuentra uno o dos tipos de plantas, maíz o soja, y como sabemos, estos cultivos se extienden de forma exponencial y cada año se dedican más hectáreas a su producción.
Con estas acciones se han eliminado muchas plantas y flores necesarias para la supervivencia de las abejas, este tipo de monocultivos se extienden a otros cultivos que sí son beneficiosos para las abejas, como por ejemplo el cultivo de almendros. Antaño se colocaban en los campos de almendros, colmenas que facilitaban la polinización, pero ahora los monocultivos de almendra han adquirido unas proporciones que obligan a utilizar la mayoría de abejas existentes, se transportan miles de colmenas a estos campos para que hagan su trabajo.
Las abejas desaparecen y a pesar de ello se siguen realizando más cultivos que necesitan de su labor, nada menos que un 300% de incremento en la producción. Ahora hay que introducir otro elemento, los pesticidas, su uso se ha ido incrementando desde la Segunda Guerra Mundial, algo lógico teniendo en cuenta que los monocultivos provocaban el incremento de las plagas. Pues bien, se han encontrado hasta 6 tipos de pesticidas (herbicidas, fungicidas, insecticidas y otros elementos tóxicos) diferentes en el polen que llevan las abejas a las colmenas. Uno de estos restos de químicos son los neonicotinoides, un tipo de insecticida que actúa en el sistema nervioso central de los insectos y uno de los más utilizados a nivel mundial, aunque determinados químicos de esta familia se están restringiendo en varios países debido a su relación con el problema de colapso de colonias, es decir, la desaparición de las abejas.
Este tipo de producto es absorbido a través de la raíz de las plantas y llega a depositarse una parte en el polen que la abeja consume, una neurotoxina que resulta letal y mata a la abeja. En otros casos, sólo se recubre la semilla con este producto, por lo que la concentración final en el polen y el néctar es mucho más reducida. Si la abeja consume esta dosis más reducida, pueden pasar dos cosas, que la abeja se intoxique y se desoriente no pudiendo volver a su colmena, o simplemente que no pase nada. Como vemos, la experta enumera una a una todas las causas que provocan la reducción de la población de abejas en el mundo. Seguidamente entra en el tema de los parásitos, uno de los grandes enemigos de las abejas, cita como ejemplo la Varroa Destructora, ácaro que se reproduce a través de las larvas de abejas y las parasita e inocula un virus siendo capaz de destruir colmenas enteras.
Son múltiples las causas que reducen la población de abejas en el mundo, con ellas puede desaparecer una buena parte de la biodiversidad. ¿Qué se puede hacer con este desastre causado por la acción del hombre en su mayoría? El mensaje de Marla Spivak es que hay esperanza, todos podemos ayudar a las abejas de una forma fácil y directa, plantar flores y no contaminarlas con insecticidas o pesticidas, con ello les procuramos alimento de calidad. Quizá por ello la producción de miel en las ciudades es de mayor calidad, las abejas de ciudad son más productivas y saludables que las que se encuentran en zonas no urbanas, y la razón es que en el campo se utilizan más productos químicos que les pueden afectar.
Os recomendamos ver el vídeo de TED (organización sin ánimo de lucro dedicada a las «Ideas dignas de difundir»), nos ayudará a tomar conciencia sobre el problema.
Foto | PaulS
2 comentarios
¿Qué vídeo de TED recomendáis en concreto? Son todos interesantes pero supongo que queríais vincular a uno concreto. A mí me dirigió el link a la web general.
Cristina, el vídeo está sobre las primeras líneas del artículo.
Saludos