Una investigación realizada por expertos de la Universidad McMaster (Canadá) ha dado a conocer el mecanismo por el que la cafeína puede ayudar a combatir las enfermedades cardiovasculares. Según los resultados, tomar dos o tres tazas de café al día ayudaría a reducir los niveles de la lipoproteína de baja densidad o colesterol malo, asociada a un mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
Los expertos comentan que los resultados muestran el mecanismo subyacente por el que la cafeína y sus derivados pueden reducir los niveles de la proteína PCSK9 en la sangre. La proteína PCSK9 reduce el número de receptores específicos del hígado, que eliminan el colesterol LDL, por lo que al reducirse sus niveles gracias a la cafeína y sus derivados, se incrementa la capacidad del hígado para eliminar el exceso de colesterol LDL del torrente sanguíneo.
Además, la cafeína y sus derivados pueden bloquear la activación de la proteína SREBP2, factor de transcripción expresado de forma ubicua que controla la homeostasis del colesterol al estimular la transcripción de genes regulados por esteroles. La SREBP2 está implicada en diferentes enfermedades cardiometabólicas como, por ejemplo, la enfermedad del hígado graso o la diabetes, por lo que reducir la acción de esta proteína tiene implicaciones de gran alcance.
Por cierto, merece la pena recordar que en el año 2008, una investigación llevada a cabo por expertos de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Dakota del Norte (Estados Unidos), concluía que el café y concretamente la cafeína, era eficaz para combatir los efectos de un tipo de colesterol asociado al Alzheimer. Claro, que también existen estudios que determinan que abusar del café aumenta el riesgo de sufrir un infarto cardíaco, algo que parece estar asociado al nivel de consumo.
Por otro lado, hay que diferenciar entre la ingesta de café y los beneficios de la cafeína y sus derivados, recordemos que en el café está presente la acrilamida, sustancia que se forma a partir de la cocción de productos que contienen asparagina y azúcares reductores a una temperatura superior a 120º C. Esta sustancia se metaboliza en el hígado y da como resultado un metabolito denominado glicidamida, que ha sido señalado por varias investigaciones como elemento altamente cancerígeno, de hecho, la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) confirmó que la acrilamida incrementaba el riesgo de cáncer y consideraba esta sustancia como un problema de salud pública.
Volviendo a la nueva noticia, los investigadores explican que en estudios poblacionales recientes, se ha demostrado que las personas que consumen regularmente café y té, tienen un menor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular. Estos resultados tienen implicaciones de gran alcance, ya que se conecta un compuesto biológicamente activo y ampliamente consumido (cafeína y derivados) con el metabolismo del colesterol a nivel molecular. Para los expertos, el descubrimiento del mecanismo subyacente ha sido inesperado, además, muestra que alimentos y bebidas comunes y de consumo habitual, tienen efectos muchos más complejos en el organismo de lo que se creía.
A partir de estos resultados, los investigadores han desarrollado nuevos derivados de la cafeína que tienen la capacidad de reducir de manera significativa los niveles de PCSK9 en sangre, por lo que se podrían producir nuevos fármacos más efectivos contra el colesterol LDL y su control. Pero aún queda trabajo por realizar, los expertos siguen analizando los beneficios adicionales que ofrecen la cafeína y sus derivados a la salud, más allá de lo que se ha descubierto en este nuevo estudio, por lo que probablemente no tardaremos en conocer nuevas noticias al respecto.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la Universidad McMaster, y en este otro publicado en la revista científica Nature.
Foto 2 | Bryon Lippincott