Un grupo de investigadores del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Cientificas) ha dado a conocer la posibilidad de utilizar polifenoles para mejorar la salud alimentaria, concretamente los polifenoles que se hallan presentes en los residuos resultantes de la elaboración del vino, semillas, pieles, etc. La idea es reducir la acción de una de las bacterias que más incidencia están presentando en la alimentación humana durante los últimos años, se trata de la bacteria Campyloobacter jejuni.
Los polifenoles son un grupo de sustancias presentes sobre todo en los productos que se obtienen de algunas especies vegetales, como pueden ser las uvas, las aceitunas, las nueces, etc. Estas sustancias ofrecen numerosos beneficios constatados para la salud, presentan una gran capacidad antioxidante y contribuyen a reducir el riesgo de sufrir diversas enfermedades. Ahora hay que añadir que los polifenoles pueden ser un efectivo bactericida que contribuiría a mejorar la calidad de la alimentación humana.
Sería necesario aprovechar los residuos resultantes del vino como complemento alimenticio para los animales de corral, como por ejemplo los pollos. Los polifenoles actuarían específicamente contra la bacteria Campyloobacter jejuni, un microorganismo que infecta al hombre principalmente a través de algunos alimentos animales y especialmente cuando no están bien cocinados.
Esta bacteria es un bacilo que provoca diversas infecciones intestinales en los seres humanos, aunque la principal es la gastroenteritis. Su incidencia ha crecido notablemente durante los últimos años, de hecho, en 2006 las infecciones provocadas por este bacilo superaron a las de la salmonella, alcanzaron las 176.000 en toda Europa.
Esto es algo que ha desconcertado a diversos investigadores dado que durante los últimos años, la normativa sanitaria es mucho más severa y efectiva, se cuida especialmente la alimentación de los animales y las aguas que estos beben, ya que son las vías por las que se infectan con la bacteria. Parece que las medidas adoptadas hasta el momento no han sido efectivas y las infecciones por Campyloobacter jejuni aumentan año tras año.
La investigación realizada por el CSIC puede ser un paso adelante para reducir la incidencia de la bacteria en los animales. Los residuos que resultan de la elaboración del vino contienen una gran cantidad de polifenoles que pueden ser utilizados como un potente antimicrobiano, y como valor añadido, los productores de vino obtendrían otra fuente de ingresos gracias al aprovechamiento de estos residuos.
Ahora se abren nuevas vías de investigación para utilizar los polifenoles de otras especies vegetales que también podrían ser efectivas contra la bacteria.