Aunque el paraguayo ya es una fruta de hueso habitual en nuestro mercado, todavía no es tan conocida su pariente la platerina, una variedad de fruta obtenida por el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA), que se presentó hace ahora unos tres años. La principal diferencia de la platerina y el paraguayo es que la piel de la primera es igual que la de las nectarinas, fina y suave, por lo que es una fruta que se puede comer con piel.
La platerina, que se puede encontrar también como nectarina plana, es una fruta desarrollada en 2003 por Viveros Provedo, empresa líder en producción de plantas de especies agrícolas leñosas con sede central en Logroño y centros de trabajo también en Extremadura y Castilla La Mancha, el nombre registrado de esta fruta es Platerina® 110.
Además de esta fruta, trabajan en la mejora de la calidad de sus productos con un Programa de Mejora Genética (PMG), para adaptarlas al gusto del consumidor, de hecho, las platerinas tenían como finalidad conquistar a la población infantil por su sabor y su facilidad a la hora de comerla, basta cogerla del centro e ir mordiendo alrededor para disfrutar de esta golosina natural.
La platerina es una fruta dulce (alrededor de 15º brix), con un buen perfume y un sabor muy cercano al del paraguayo. Su textura al morder es crocante y su alto contenido en agua hace que resulte jugosa. Hay distintas variedades de esta fruta en distintas zonas de cultivo, como la Subirana de Agromillora, la Plati del Imra (Francia), la Platimoon o la Oriola, por lo que encontraremos algunas más dulces o con coloraciones más intensas en esa piel fina y brillante, son piezas además atractivas, no tiene los problemas del paraguayo, que no tienen un buen cierre pistilar y se rajan.
¿Habéis probado las platerinas o nectarinas planas?, si no lo habéis hecho, preguntar a vuestro frutero, os van a encantar.