Según el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, existen tres cuestiones a las que el país se ha de enfrentar para alcanzar la soberanía agraria, son tres batallas que permitirán salvaguardar las perspectivas a largo plazo en la producción de alimentos en Francia. Macron considera que la agricultura es clave en el futuro, pero lamentablemente este sector se encuentra en una encrucijada debido a que los ingresos agrícolas se encuentran bajo presión por culpa de una cadena de distribución injusta (hablando de los intermediarios) a lo largo de la cadena de suministros.
El presidente del país galo considera que es necesario que se lleven a cabo orientaciones estratégicas y grandes reorganizaciones que permitan salvaguardar las perspectivas de futuro en la producción de alimentos. Sorprende saber que se está orquestando un plan francés para alcanzar la soberanía agraria, plan que tiene como objetivos reequilibrar el poder en la cadena de suministros, alcanzar la soberanía alimentaria en un mercado abierto y luchar por el bienestar del planeta, sabiendo que el clima es un tema clave y la agricultura sería una de las primeras víctimas del cambio climático.
El presidente Emmanuel Macron advierte a fabricantes y minoristas, amenazando con nombrar y avergonzar a quienes no cambien sus prácticas habituales de comercio, a fin de poder garantizar un precio justo para los agricultores. Para ello, se ha presentado un Proyecto de Ley que tiene el cometido de abordar un desequilibrio de poder percibido en la cadena de suministro, legislación resultante de un amplio proceso de consulta en el sector alimentario que forma parte de la revisión que realiza el Gobierno del país sobre la industria alimentaria, hablamos de los Estados Generales de la Alimentación (Etats Généraux de l’Alimentation o EGA).
El objetivo del EGA es ofrecer a los agricultores un precio justo por sus productos, a la vez que se garantiza que los consumidores franceses tengan acceso a un suministro alimentario saludable, sostenible y seguro. Vaya, se puede decir que es lo que han estado pidiendo los agricultores españoles al gobierno desde hace muchos años y en reiteradas ocasiones se ha hecho caso omiso. Quizá la iniciativa francesa sirva para que en nuestro país se secunde el ejemplo y el Gobierno regule de una vez por todas la situación en la que se ve inmersa el sector agrícola español.
En el Proyecto de Ley francés, que previsiblemente entrará en vigor el año que viene, se permitirá que los productores propongan términos contractuales (por contrato), que los precios de los productos se determinen por indicadores de producción y costes de mercado, que se puedan introducir cláusulas de renegociación para los agricultores y un servicio de mediación más sólido que el actual que vele por intereses comunes, con ello se pretende fortalecer la mano de los agricultores franceses en las negociaciones que realizan con los fabricantes de alimentos y los minoristas. En esta legislación se proponen dos medidas muy esperadas por el sector a fin de poder determinar los precios de la venta al por menor, limitar las promociones de precios y elevar los precios minoristas en un 10%.
Para poder alcanzar la soberanía alimentaria en un mercado abierto, el presidente francés ha solicitado el desarrollo de una estrategia que permita al país ser más autosuficiente en la producción de alimentos, lo mismo que persiguen otros países como, por ejemplo, Reino Unido. En España, en cambio, se favorecen los productos de terceros países y la especulación alimentaria, a pesar de que ello derive en la destrucción del tejido económico agroalimentario, de ello hablábamos aquí.
Emmanuel Macron quiere que se reduzca la dependencia que tiene Francia de proteínas vegetales importadas como la soja, su apuesta es fortalecer la producción nacional, hay que tener en cuenta que en la actualidad el país es dependiente de un 40% en soja transgénica importada y de un 60% de los fertilizantes con base de nitrógeno, lo que se traduce en la inexistencia de una soberanía real. Para el presidente la organización es primordial, aboga por los acuerdos de libre comercio siempre que estén bien estructurados y organizados, ya que de este modo no suponen un peligro para los agricultores franceses, asegura que no hay que tener miedo a este tipo de acuerdos, pero siempre teniendo presente los intereses de los productores.
Sobre la última cuestión, la lucha por el bienestar del planeta, el presidente francés comenta que casi el 20% de los suelos del país tienen riesgos de erosión debido al exagerado uso de fertilizantes químicos, esta es una razón para que se despierte a Europa ante el uso del controvertido fertilizante glifosato. Lo cierto es que en esta lucha, el presidente ha obviado otros temas preocupantes que guardan relación con la producción alimentaria, pero, sin duda, el Proyecto de Ley es un gran paso en favor de los agricultores y los consumidores, a ver si de una vez se le pone freno a la especulación de los intermediarios.
Francia se pone pode delante de los planes de la Comisión Europea para construir una cadena de suministros alimentarios más justa, algo que se lleva diciendo desde hace años, pero que a la hora de la verdad no se materializa. Podéis conocer más detalles de las declaraciones del presidente francés sobre el tema de la soberanía agraria a través de este artículo publicado en Vie Publique.
Foto 1 | Olivier Bacquet
Foto 2 | Hans Westbeek