La conocida pimienta rosa en realidad no es una variedad de pimienta (Piper), son los granos del denominado pimentero brasileño o turbinto (Schinus terbinthifolius), un pequeño arbusto de la familia de los anacardinaceos de zonas tropicales y subtropicales que fue llevado a Estados Unidos como árbol ornamental que en algunas regiones con alta pluviosidad se ha convertido en una planta invasora o maleza.
El fruto de este falso pimentero, la pimienta rosa, es una baya de unos 4 milímetros de diámetro que se forma en racimos. Hay dos variedades, una más rosada (Shinus terebinthifolius var. acutifolius) y otra más rojiza (Shinus terebinthifolius var. terebinthifolius). Empezó a comercializarse como sucedáneo de la pimienta en la década de los 80, pero su uso culinario debe limitarse por contener compuestos tóxicos.
La pimienta rosa contiene cardanol, un compuesto fenólico irritante. Parece ser que dependiendo de la región en la que se encuentre, este componente puede estar en mayor o menor concentración. De todas formas, es recomendable utilizar esta especia con moderación, cosa que se hace también necesaria por su potencia aromática y en sabor.
El sabor de la pimienta rosa es muy particular, es de esos sabores que o te encanta o lo detestas. Es como una mezcla de sabor dulzón, cítrico, poco picante y recuerda al frescor del pino, en el paladar se percibe el sabor y el aroma de la resina.
Nosotros compramos la pimienta rosa liofilizada de Especias Onena. Además de proporcionar su aroma y sabor a nuestros platos, es un ingrediente que ofrece también un atractivo por su color. Con la pimienta rosa también podemos hacer un aceite aromático que le va muy bien a las ensaladas de hoja verde, ensaladas de pasta, etc.
Otra receta que os podemos enseñar en la que hemos utilizado esta especia, es la Mermelada de fresas a la pimienta, no dejéis de probarla ahora que todavía hay buenos fresones, seguro que os gustará.
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