Se conoce como Pico de gallo a una elaboración culinaria tradicional de la cocina mexicana que está concebida como una salsa, aunque se podría decir que su aspecto es más de una ensalada, pues no es ni líquida ni cremosa, se compone de varios ingredientes troceados o picados. El caso es que es un condimento muy versátil en la gastronomía de México, pues se sirve con nachos, tacos, quesadillas, carnes, pescados… e incluso con aguacate machacado para hacer un delicioso guacamole.
El Pico de gallo, la salsa mexicana que también se conoce como ‘salsa fresca’ y ‘salsa mexicana’, es muy fácil y rápido de elaborar, sus ingredientes básicos son el tomate, la cebolla y el chile jalapeño (o chile serrano), con los que se tienen los tres colores de la bandera de México. Luego van aderezados con cilantro fresco, jugo de lima y sal, dando como resultado una salsa picante, dulzona, ácida, crujiente…
Como sucede con todas las recetas tradicionales del mundo, surgen variantes según las familias o los cocineros, de hecho, en varios libros de cocina de grandes chefs mexicanos hemos descubierto algunas de ellas que, si os apetece, compartiremos. De momento, os vamos a mostrar la receta tradicional del Pico de gallo mexicano, o al menos, la receta más popular y sencilla, pero extremadamente deliciosa, a nosotros nos encanta, hasta el punto de que la hacemos también para condimentar platos que no tienen origen mexicano.
Si os preguntáis cuál es el origen del nombre de esta particular salsa, parece ser que no está muy claro, que se dan distintas versiones. Algunas voces argumentan es porque el chile picante se parece a la forma de un pico de gallo, otras que es porque la gente lo comía pellizcando porciones con dos dedos, el índice y el pulgar, que también adquieren la misma forma. Pero aún hay más, algunos aluden a la comida de las aves de corral, diciendo que esta salsa lleva los ingredientes tan picaditos como si los fuera a ‘picar’ un gallo, y otros tantos explican que se llama pico de gallo porque ‘pica’ como los gallos.
Nosotros solemos hacer la salsa pico de gallo con chiles serranos, pues los encontramos con más facilidad, pero también hacemos otra versión en la que no ponemos chile porque van a comer niños o personas a las que no les gusta el picante. Entonces ponemos pimiento verde dulce, manteniendo la presencia de la salsa tradicional mexicana, y a quienes les gusta el picante le añadimos un poco de chile jalapeño encurtido, que siempre tenemos en la despensa.
Es una idea que os puede interesar, pero si tenéis alguna otra propuesta para hacer una buena salsa pico de gallo con los ingredientes que encontramos en nuestro mercado, siempre será bien recibida. Y si os apetece, os iremos enseñando algunas recetas (mexicanas o no) en las que incorporamos esta salsa fresca, es tan versátil que no encontraremos fin.
Ingredientes
- 4 tomates pera firmes
- ½ cebolla tierna
- 1 chile jalapeño o serrano fresco
- 1 lima
- 2-3 ramitas de cilantro
- c/n de sal.
Elaboración
Pela los tomates y córtalos en concassé, en daditos, puedes desprenderte de las semillas si lo deseas. Pela la cebolla tierna y pícala también del mismo modo. A continuación, lava el chile, ábrelo por la mitad para retirar las semillas y el pedúnculo y pícalo bien fino.
Pon los tres ingredientes en un bol y añade sal al gusto, el zumo de lima que desees y el cilantro previamente picado. Mezcla bien y tapa el recipiente. Déjalo reposar en el frigorífico al menos media hora.
Acabado y presentación
La salsa pico de gallo está lista para servir en los platos que desees, o para llevarla a la mesa en una salsera y que cada comensal se sirva a su gusto. Si te sobra, déjala en un tarro hermético en la nevera para otro momento. ¡Buen provecho!
Abreviaturas
c/s = Cuchara sopera
c/p = Cuchara de postre
c/c = Cuchara de café
c/n = Cantidad necesaria