El uso de pesticidas en los alimentos es un tema preocupante, sobre todo porque algunas de estas sustancias son acumulativas en los alimentos y pasan al organismo humano. Un pesticida o plaguicida es una sustancia utilizada en la agricultura principalmente para repeler, eliminar, reducir, etc., a insectos o microorganismos que puedan malograr los cultivos. Se han realizado investigaciones en las que se han logrado desarrollar pesticidas que no afectarían a los seres humanos u otros animales, pero son solo unos pocos y no son suficientes para combatir todas las plagas que pueden atacar a los cultivos.
Ahora, un nuevo debate en el seno de la Unión Europea, estudia la posibilidad de reducir a la mitad los pesticidas que actualmente se utilizan en los campos de cultivo de alimentos la UE. Se pretende reducir el uso de estos elementos químicos durante los próximos años, algo que no gusta a los productores y agricultores que ven peligrar el rendimiento de sus cosechas augurando pérdidas económicas importantes. Pero además, indican que reducir la utilización de las sustancias haría que las plagas se volvieran más resistentes y destructivas.
Podría resultar una decisión difícil y más con los actuales acontecimientos, la crisis alimentaria, el cambio climático, la aparición de nuevas enfermedades y nuevos insectos, etc., pero sopesando los riesgos, también es problemático y peligroso que las sustancias químicas se acumulen en los alimentos y pasen a formar parte de nuestro organismo provocando todo tipo de problemas de salud. Este tipo de sustancias están presentes en cualquier alimento, su paso a la cadena alimentaria en todos sus eslabones es inevitable. Podemos recordar, por ejemplo, las investigaciones realizadas por la European Pesticides Action Network (PAN), en cuyas conclusiones se mostraba que todos los vinos no biológicos podrían contener pesticidas.
Ya se ha logrado reducir durante los últimos años la utilización de pesticidas, de los 900 que se utilizaban en la década de los 90, se han pasado a utilizar 200 en la actualidad, el trabajo ha sido importante pero no satisfactorio. La Unión Europea intenta eliminar las fumigaciones aéreas y designar áreas libres de este tipo de productos o en su defecto, una utilización muy limitada y selectiva, logrando que en un plazo de diez años se reduzca nuevamente el uso de pesticidas hasta la mitad.
Nos parece una apuesta interesante a favor de la calidad alimentaria, pero hay que proporcionar a los agricultores, y a la industria agroalimentaria en general, algunas soluciones que puedan sustituir el uso de los pesticidas en los alimentos garantizando en la medida de lo posible la productividad alimentaria.
Existen numerosos estudios científicos en los que se muestran los problemas que provocan este tipo de sustancias en el organismo, un ejemplo sería el estudio que realizó el año pasado la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria). En él se mostraba que de un total de 236 de estas sustancias, más de la mitad (144) ofrecían riesgos potenciales para la salud humana provocando, entre otros problemas, cáncer. También se puede citar el informe facilitado por la Oficina Alimentaria de la Comisión Europea en el que se muestra que un 3,6% de los alimentos que se comercializan en los mercados europeos contienen restos de pesticidas, sabiendo el peligro que encierran, la pregunta ¿elegir entre productividad y garantía de abastecimiento alimentario, o salubridad y seguridad alimentaria?, parece que no sería difícil de contestar.
Por cierto, en el post, ¿Los alimentos orgánicos no ofrecen ninguna ventaja para la salud?, John Richard Krebs, investigador de La Universidad de Jesús (Reino Unido), indicaba que los alimentos orgánicos no ofrecen ninguna ventaja para la salud, indicando que pagar un precio más elevado por frutas y verduras ecológicas no merecía la pena, ya que no existían razones diferenciales en cuanto a salubridad o seguridad con respecto a los alimentos que se producen industrialmente. Pues una de las razones de peso para no disfrutar de algunos productos de producción industrial son los pesticidas contenidos en ello.
Los productores están seriamente preocupados y manifiestan su disconformidad a las medidas que se pretenden adoptar, según las declaraciones que realizan, la reducción de estas sustancias provocaría que las pocas que se utilizaran serían poco efectivas, ya que se aumentaría la resistencia que microorganismos e insectos tienen frente a ellas. Por ello solicitan que se mantenga una diversificación de estas sustancias para asegurar la reducción de dicha resistencia. Evidentemente, los productores velan por sus intereses y posiblemente estén más presentes los económicos que los saludables.
Una cosa es evidente, se ha abusado excesivamente de fertilizantes, fungicidas, plaguicidas o pesticidas, todo por asegurar las cosechas, pero no se ha tenido en cuenta el asegurar la alimentación y sobre todo la salud, por eso nos encontramos que en cualquier lugar y en cualquier eslabón de la cadena alimentaria, estos productos están presentes.
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