Hoy hemos hecho nuestra Peppermint patties, unas deliciosas galletas de menta y chocolate negro creadas en York, Pennsylvania. Hemos variado la receta para poder hacerlas con los ingredientes que habitualmente tenemos en casa, desde luego que merece la pena probarlas, son fáciles de hacer y la combinación es excelente.
Seguro que todos conocéis los After Eight, pues estas Peppermint patties son la versión rústica. Estas galletas de menta y chocolate son adictivas, pero hay que tomarlas con moderación porque son pura energía.
Os recomendamos probarlas, podéis hacerlas para obsequiar a vuestros amigos o familiares, igual que los Roscos de vino, los polvorones y otros dulces que os hemos mostrado. Las Peppermint patties pueden conservarse durante un mes aproximadamente en el frigorífico, sólo hay que guardarlas en un recipiente hermético y separándolas con papel sulfurizado.
Ingredientes (15-20 galletas)
- 230 gramos de azúcar glass
- 60 gramos de leche condensada
- 20 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 15 ml. de Peppermint
- unas gotas de esencia de vainilla
- 150 gramos de chocolate negro mínimo al 70%.
Elaboración
Vierte en un cuenco amplio todos los ingredientes excepto el chocolate, trabájalos mezclando y amasando hasta obtener una pasta consistente, después introduce en el frigorífico y deja reposar una hora.
Pasado este tiempo, haz bolas pequeñas con la masa y aplánalas un poco presionándolas. Ve colocando la masa en un recipiente que después puedas tapara y llevar al frigorífico. Cuando hayas dado forma a toda la masa, resérvala en frío hasta el día siguiente para que tenga más cuerpo.
Llega el momento de bañar el peppermint con el chocolate, para ello, funde el chocolate al baño maría y deja templar. Cuando esté a unos 30º C aproximadamente coge los discos de peppermint e introdúcelos en el chocolate bañándolos bien, después retíralos y pósalos sobre una lámina de silicona o de papel sulfurizado y deja enfriar completamente.
Cuando hayas hecho todas las Peppermint patties y se hayan enfriado, colócalas en un recipiente y guárdalas en el frigorífico un par de horas como mínimo antes de consumirlas.
Después puedes envolverlas en papel de seda, introducirlas en bolsitas transparentes de regalo y quien las reciba como obsequio se sentirá muy afortunad@, tanto que probablemente te pedirá más o al menos la receta.
