La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), advierte que el pepino de mar es otra de las especies marinas que está amenazada consecuencia de la sobreexplotación. El atún rojo, la anchoa, el pez espada… poco a poco se incrementa la lista de especies marinas que se encuentran en la lista de “riesgo de extinción”.
El pepino de mar también es conocido como carajo de mar, cohombro, espardeña, etc., su nombre científico es holothuidea y pertenece al grupo de los equinodermos. Se encuentra presente en todo el mundo repartido en 1.400 especies diferentes, aunque mayoritariamente son más diversos en las aguas tropicales. Los pepinos de mar pueden alcanzar hasta 20 centímetros de longitud y su aspecto recuerda a un gusano, de ahí que se definan como animales de aspecto vermiforme.
El pepino de mar es un alimento valorado en los países asiáticos y se utilizan en distintas preparaciones gastronómicas, como por ejemplo el sushi. En el Levante español, zona oriental de la Península Ibérica, el pepino de mar es un marisco apreciado, pero no vamos ahora a hablar sobre las distintas elaboraciones gastronómicas con las que podemos disfrutar del sabor del pepino de mar, sino del estudio “Pepinos de mar: un estudio mundial de la pesca y el comercio”.
En la investigación los expertos nos advierten de que la gran demanda existente está poniendo en riesgo la población de los pepinos de mar de gran valor comercial, en China por ejemplo, este alimento es considerado un rico manjar con grandes propiedades afrodisíacas, lo que hace que sea un alimento muy demandado y se comercialice a un alto precio. En el estudio se muestra el estado de la población de pepinos de mar de todo el mundo gracias a la gran recopilación de datos y análisis efectuados en aquellas zonas conocidas por la pesca de pepinos de mar, como hemos dicho antes en zonas tropicales.
Antaño, la pesca del pepino de mar se realizaba artesanalmente, con lo que era bastante difícil que se pusiera en peligro la continuidad de las especies, pero actualmente la pesca se realiza en tres versiones, artesanal, semi industrial e industrial. La mayoría de las capturas son exportadas a los países asiáticos, aunque también se ha incrementado la demanda en los países occidentales. Los expertos han constatado una sobreexplotación que están llevando al agotamiento a las especies comerciales en regiones del Océano Índico, el Océano Pacífico, etc.
Hoy mismo estábamos hablando de Slow Fish 2009, un evento dedicado al mundo de los alimentos marinos que organiza Slow Food, los valores que se pretenden promover en esta singular feria son el consumo responsable o la pesca sostenible, a fin de garantizar que futuras generaciones también puedan disfrutar de todos los productos marinos con los que nosotros actualmente disfrutamos. Quizá sea necesario que se desarrolle un Slow Fish en los países asiáticos para concienciar a sus habitantes sobre las consecuencias de la sobreexplotación.
No hace mucho hablábamos de la evaluación de la sobrepesca marina que realizo el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), la información proporcionada era interesante y nos daba las claves para evitar este tipo de situaciones. También se ponía de manifiesto que el consumo de pescado se situaba en unos valores excesivos que no permitirían garantizar la continuidad y la reposición de muchas especies. Como solución alternativa se hablaba de la acuicultura combinada con la reducción de las cotas pesqueras, algo que resultaba bastante complicado. A todo esto, como hemos dicho antes, debemos añadir los problemas del calentamiento de la tierra, cómo sabemos, los peces son muy vulnerables al cambio climático y suponemos que también lo serán los pepinos de mar.
El informe de la FAO es claro y advierte que es necesario comenzar a desarrollar planes de gestión que permitan garantizar el abastecimiento, limitar las capturas, aceptar sólo tamaños razonables, temporadas de veda que permitan su reproducción, vaya, tal y como ocurre con las especies marinas con las que se abastece el mundo occidental.
El pepino de mar es muy importante para la economía de muchas comunidades costeras, preservarlo es garantizar dicha economía. Por ello, deberían tomar conciencia países como China y comenzar a preservar uno de sus preciados alimentos, que no ocurra como el caso de Japón y las ballenas…