Según una investigación llevada a cabo por ecólogos marinos de la Universidad de Adelaida (Australia), el calentamiento del planeta y la acidificación de los océanos, proceso causado por la absorción de dióxido de carbono desde la atmósfera que provoca el descenso del pH de agua, tendrá profundas consecuencias que afectarán a las poblaciones costeras y aquellas que dependen de los alimentos que se obtienen de los océanos para la alimentación y el comercio. Los expertos advierten del peligro de colapso de la cadena alimentaria marina, basan sus conclusiones en una revisión de 632 investigaciones realizadas en los océanos del mundo, desde las aguas tropicales hasta las aguas árticas.
Los investigadores apuntan que es muy probable que se produzca una reducción de la diversidad y número de especies marinas que son clave para sustentar los ecosistemas marinos de todo el mundo, poco a poco el cambio climático (sus efectos) están desarticulando la diversidad y abundancia de especies marinas, muy pocas especies pueden escapar a los efectos negativos de la disolución del dióxido de carbono en los océanos.
Actualmente se calcula que un tercio de todo el dióxido de carbono que se emite a la atmósfera como consecuencia de la actividad humana, es absorbido por los océanos del mundo, según los datos recabados, desde la era preindustrial los océanos han incrementado la temperatura media en un grado centígrado y la acidificación del agua ha aumentado en un 30%, un cambio más rápido que cualquier otro que se haya producido en los océanos durante los últimos 50 millones de años. Inicialmente los investigadores consideraban que este proceso era beneficioso, ya que se reducía la cantidad de dióxido presente en la atmósfera que contribuye al calentamiento del planeta, pero durante la última década se ha comprobado que este cambio que se está produciendo en la química de los océanos tiene consecuencias nefastas.
Según los investigadores que han llevado a cabo la investigación, se sabe muy poco sobre cómo afecta el cambio climático al medio ambiente marino, hasta la fecha los estudios se han centrado en especies concretas o en determinados ecosistemas. El análisis realizado combina los resultados obtenidos de las 632 investigaciones que se han llevado a cabo para estudiar los efectos combinados de múltiples factores de estrés que afectan a todo tipo de poblaciones marinas, incluyendo la interacción entre las especies y las respuestas que tienen ante el cambio climático.
Según las conclusiones obtenidas del meta análisis, pocas especies se librarán de los efectos negativos de la absorción de dióxido de carbono por los océanos, no se podrán aclimatar a los cambios de temperatura del agua y al aumento de la acidificación, lo que se traduce en una reducción drástica de la diversidad y abundancia de especies marinas en todo el mundo, por lo que las especies con las que se alimentan los seres humanos se verán notablemente reducidas provocando cambios significativos que ponen en peligro la economía y la seguridad alimentaria de muchos países.
Hablando del aumento de las temperaturas, casi todas las especies marinas responden de un modo diferente a como responden los animales terrestres, muchas de las especies marinas con las que se abastece el ser humano son poiquilotermias, es decir, tienen una temperatura corporal que varía en función de la temperatura del lugar que habitan. Si una determinada especie de pescado suele vivir en los fondos marinos donde la temperatura es de 10º C, una variación térmica afectaría al crecimiento de la especie, a la reproducción, a su metabolismo e incrementaría las posibilidades de que sufrieran algún tipo de enfermedad. Ya en el año 2008 se advertía sobre los efectos del cambio de temperatura, los cambios de la salinidad y la acidificación de los océanos, se apuntaba que algunas especies de peces estaban cambiando su ubicación actual y se dirigían hacia aguas más frías, lo que empezaba a provocar un cambio en la distribución marina de las zonas pesqueras.
Según leemos aquí, estos cambios favorecen a los microorganismos, se espera que éstos aumenten en número y diversidad, la producción de plancton se incrementará en las aguas más cálidas, pero esto no se traduce en un incremento del número de peces pequeños, al contrario, se disminuye la reproducción de las especies a consecuencia de la acidificación de los océanos. Los expertos explican que se producirá un desajuste en la cadena trófica marina, donde los peces de mayor tamaño tendrán menos disponibilidad de alimentos, precisamente especies con las que se abastece la humanidad, apuntan que se producirá un colapso de las especies y se iniciará desde la parte superior de la cadena alimentaria de los ecosistemas marinos.
Según el análisis realizado, el aumento de la temperatura del agua o la acidificación, o ambas cuestiones a la vez, afectarán de forma significativa a esas especies que forman hábitats, como por ejemplo las ostras o los mejillones. Explican que cualquier pequeño cambio en la salud de estos hábitats, tendrá un gran impacto en una gran variedad de especies que viven en los arrecifes. Al respecto podemos recordar el estudio presentado en el año 2010 por los expertos del IEO (Instituto Español de Oceanografía), en el que se concluía que el aumento de la temperatura del mar como consecuencia del calentamiento global, ponía en riesgo al marisco y concretamente al marisco de Galicia.
Habrá más cantidad de comida para las pequeñas especies como camarones, caracoles de mar, etc., pero el calentamiento de los océanos provoca un cambio en la tasa de crecimiento de estos animales reduciéndose, por lo que al existir menos presas disponibles, las especies carnívoras tendrán menos oportunidades para alimentarse. Se constata un aumento de la hipoxia, por lo que el contenido de oxígeno en el agua disminuye, a esto hay que sumar otros factores que afectan directamente a las especies con las que se alimentan los seres humanos, como la contaminación o la sobrepesca, lo que se traduce en menores oportunidades para que estas especies puedan adaptarse al cambio climático.
Los efectos que ahora se están viendo se incrementarán de forma significativa en las próximas décadas, como solución se propone reducir esos factores adicionales, como la contaminación o la sobrepesca, a fin de poder dar a las especies marinas más posibilidades de que puedan adaptarse al cambio climático. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la Universidad de Adelaida, y en este artículo publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.
Foto | Bramus