Para disfrutar de la buena mesa, no siempre hay que contar con platos de elaboraciones exultantes, o con ingredientes que pocas veces se añaden a la cesta de la compra semanal, en base a dos o tres alimentos básicos y/o accesibles para todos, además de disfrutar de exquisitos sabores, juegos de textura y todo lo que siempre se alaba de un plato magistral, podemos disfrutar de un plato nutritivo, ligero y adecuado para formar parte de una dieta equilibrada, por ejemplo con algo tan sencillo como esta Pechuga de pollo con zanahorias a la parrilla.
Debemos confesar que a diferencia de lo que años atrás nos parecía una pechuga de pollo, sólo tolerable si estaba rebozada y frita (como gusta a todos los niños), ahora nos encanta. Lo más importante es que quede jugosa, no excederse con la cocción como hacen nuestros mayores, y a partir de ahí podemos elegir si queremos un plato de sabores mediterráneos, orientales, mexicanos, es decir, añadiéndole los ingredientes característicos de cada cocina. La receta de hoy no tiene secretos, pero el pollo a la parrilla con zanahorias, ajo y parmesano os va a gustar.
Ingredientes (4 comensales)
- 4 echugas de pollo
- 4-6 zanahorias (según tamaño)
- 1 manojo de escapos de ajo (en su defecto puedes utilizar ajos tiernos)
- 1 trozo de raíz de jengibre del tamaño de una nuez
- c/n de queso parmesano
- pimienta negra recién molida
- sal
- sal Maldon
- aceite de oliva virgen extra.
Elaboración
Pela las zanahorias, lávalas y sécalas bien, y a continuación córtalas al bies en rodajas gruesas, así se consigue que después de pasar por la parrilla el interior todavía esté un poco crujiente. Si os gustan las zanahorias más blanditas las podéis hacer a vuestro gusto.
Pon la parrilla a calentar con un poco de aceite de oliva virgen extra y haz las zanahorias poniéndolas bien extendidas, que no se monten unas rodajas sobre otras, y márcalas bien por los dos lados, salpimentadas al gusto.
Limpia los escapos de ajo y pícalos, no muy pequeños, pela el jengibre y rállalo. Pon una sartén a calentar, con un poco de aceite de oliva virgen extra, y saltea los escapos con el jengibre rallado a fuego medio, para que éste no se queme. Salpimenta al gusto.
Prepara las pechugas de pollo, puedes abrirlas en mariposa si quieres que se hagan más rápido y de forma más homogénea. Hazlas en la parrilla con un poco de aceite de oliva hasta que estén al gusto de los comensales, lo ideal es no excederse para que no queden secas. Puedes poner un poco de sal mientras se hacen, pero también puedes terminar el plato como con otras carnes, con sal en escamas.
Emplatado
Sirve las zanahorias a la parrilla, coloca encima la pechuga de pollo y sobre ésta, los escapos de ajo con el aceite que haya quedado en la sartén. Finalmente, corta unas lascas de queso parmesano y sirve enseguida. ¡Buen provecho!