Un grupo de investigadores perteneciente al Central Potato Research Institute (CPRI, Instituto Central de Investigaciones de la Patata), acaba de dar a conocer el desarrollo de una nueva variedad de patatas transgénicas más nutritivas gracias a la inclusión de un gen de expresión proteínica perteneciente al amaranto, un pseudocereal cuyos valores nutricionales son elevados, es rico en proteínas, minerales y vitaminas. Se trata de un nuevo alimento transgénico que pretende mejorar la calidad de la alimentación de los países más desfavorecidos y cuyo aporte nutricional es mucho más limitado.
Las patatas transgénicas nutritivas incluyen en su genética una albúmina de amaranto (AmA1), gracias a ello se ha logrado que las propiedades nutricionales de las patatas sean hasta un 60% mayores en comparación con la patata tradicional utilizada como base para el desarrollo de la nueva variedad transgénica. En este caso, es un alimento transgénico que no busca el incremento de la rentabilidad, no incluye genética vírica o bacteriana contra las enfermedades, podríamos comparar este tipo de patatas con el maíz transgénico vitamínico desarrollado por los investigadores de la Universidad de Lleida (Catalunya). En ambos casos se persigue mejorar la calidad de la alimentación en la salud humana.
Evidentemente la nueva variedad de patatas transgénicas más nutritivas, nada tiene que ver con las variedades de patatas que en principio se destinan para la producción industrial y la obtención de amilopectina, como puede ser la patata modificada genéticamente Amadea, la patata transgénica Amflora o la variedad de patata transgénica Fortuna, todas desarrolladas por el grupo BASF.
Como ya hemos dicho en otras ocasiones, la biotecnología es una gran herramienta pero dependiendo de quién haga uso de ella se puede convertir en un posible peligro para la salud humana y del medioambiente. A través de Reuters podemos saber que gracias a la inclusión del gen de amaranto no sólo se elevó el contenido nutricional, también el índice de aminoácidos esenciales como la lisina o la tirosina, es decir, aminoácidos que no puede sintetizar el ser humano y que sólo se pueden obtener a través de la dieta. Otra ventaja detectada en las patatas modificadas genéticamente, ha sido el incremento de la actividad fotosintética (conversión de energía luminosa en energía química) y por consiguiente el aumento de la biomasa total, por lo que se puede deducir que las patatas serían más grandes que las tradicionales. De hecho, los investigadores apuntan a un aumento moderado del rendimiento del cultivo de patatas.
Al parecer, las patatas han superado todas las pruebas realizadas con animales y se puntualiza que son adecuadas para el cultivo y consumo humano, la conclusión final es que la expresión de AmA1, es efectiva para mejorar la calidad nutricional de algunos alimentos. De todos modos, será necesario que los resultados sean ratificados por una comisión científica y quizá deban realizarse estudios más extensos y a largo plazo. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista científica Proceedings of the ational Academy of Sciences (PNAS), a través de este enlace podréis acceder al estudio con mayor detalle.
Foto | Perry French