¿Podrían los estadounidenses disfrutar en breve de unas patatas fritas transgénicas en McDonald’s?, no, siempre y cuando la franquicia se niegue a adquirir patatas de JR Simplot, uno de sus principales proveedores. Esta compañía de alimentos y productos agroindustriales ha solicitado a los organismos competentes de Estados Unidos la aprobación de cinco nuevas variedades de patatas modificadas genéticamente, patatas que producirían menos acrilamida, serían más rentables a nivel productivo y con otras características que se consideran de valor por la industria.
Este tipo de patatas difiere de las desarrolladas en la década de los 90 por la compañía biotecnológica Monsanto, en este caso las patatas se modificaban utilizando genes de bacterias para poder acabar con las plagas de insectos. Sin embargo, JR Simplot lo que ha hecho es trabajar con técnicas de manipulación genética utilizando genes de patatas para obtener variedades de mejor calidad, más resistentes a las plagas, más productivas, etc. Se han expresado o silenciado determinados genes para lograr concebir las nuevas variedades, la empresa asegura que son patatas con material genético de las mismas (de patatas) 100%. Sin embargo, parece que las nuevas variedades a la espera de ser aprobadas, ya han generado polémica y a ellas se oponen consumidores y productores, un ejemplo es Frank Muir, presidente de la Comisión de la Patata de Idaho, su grupo ofrece sus patatas con el mensaje 100% naturales, sin manipulaciones o modificaciones genéticas.
Hasta cierto punto se puede entender que los consumidores no quieren saber nada con los alimentos transgénicos o aquellos productos que integran material genético de otras especies, pero en este caso estamos hablando de mejoramiento, de unas patatas cuyo material genético es 100% perteneciente a ciertas variedades de patatas. El caso es que antes de que la FDA y el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) se pronuncien sobre las patatas de JR Simplot, grupos de consumidores ya han iniciado campañas que instan a McDonald’s a que se niegue a ser abastecido por la compañía y que no sirva sus patatas en los menús. De momento la franquicia de fast food argumenta que la biotecnología alimentaria está permitida en el país y de ello se encargan los organismos que hemos citado, por otro lado declara que en la actualidad, en su suministro de patatas no se contempla la introducción de las patatas modificadas genéticamente, aunque esto no quiere decir que en un futuro las acepte.
¿No se están confundiendo algunas cuestiones?, es decir, las patatas de JR Simplot han sido mejoradas genéticamente con genes de patatas y no con genes de la bacteria agrobacterium o de otra especie, este tipo de mejoras genéticas se han realizado con otros alimentos y no han generado la polémica que generan las patatas. Por otro lado, el procedimiento se acerca mucho al del cruzamiento de variedades. En el trabajo realizado se han silenciado algunos genes responsables de que las patatas se ennegrezcan a causa de los golpes, algunos expertos indican que las enzimas responsables también juegan otro papel protector frente a las plagas y enfermedades, aseguran que la ingeniería de este tipo podría provocar efectos perjudiciales no deseados en los seres humanos, para añadir más dramatismo se argumenta que los niños del país (grandes consumidores de patatas fritas de McDonald’s) podrían sufrir las consecuencias.
Suponemos que al respecto se habrán realizado los oportunos estudios y éstos serán supervisados por los organismos competentes, aunque se apunta que son un poco someros y no se han hecho a largo plazo a fin de determinar completamente su inocuidad. Si estas patatas terminan siendo aprobadas, se introducirán en el mercado y nadie sabrá qué tipo de patata está consumiendo, en este sentido, solicitan que sería necesario identificarlas, los consumidores tienen derecho a saber lo que comen, pero pasará igual que con los alimentos transgénicos o con otros alimentos que se han obtenido del mismo modo que estas patatas.
En la página web de JR Simplot nos explican que la plataforma biotecnológica de la compañía para la mejora de los cultivos, tiene como misión desarrollar nuevas variedades que ofrezcan todo tipo de beneficios, productivos, organolépticos, saludables… sin la introducción de genes extraños en las plantas de la patata, en teoría no supondrían ningún riesgo medioambiental como el atribuido a las modificaciones genéticas de algunos alimentos de empresas como Monsanto o Bayer entre otras. Estas patatas no se ennegrecen a causa de los golpes, además tienen un menor nivel de asparagina (uno de los reactivos responsables de la producción de acrilamida), menos azúcares y crecen igual que otras variedades de patatas. Todo lo argumentado está muy bien, pero serán los organismos competentes quienes deban validar lo que declara esta compañía.
Si realmente sólo se han utilizado y trabajado con genes de patatas no entendemos que se haya generado tanta oposición, en teoría todo son beneficios para productor y consumidor. Se supone que un organismo (patata) al que se le ha manipulado un gen silenciándolo, no necesariamente debe ser un organismo transgénico, al menos tal y como lo conocemos, es una transgénesis pero el material genético procede sólo de patatas.
En Food & Water nos alertan del peligro de las patatas transgénicas de JR Simplot e invitan a los consumidores a participar en esta campaña para pedir a McDonald’s que se niegue a comprar los tubérculos de esa compañía si terminan siendo aprobadas, explican que malograrían la reputación que tienen las patatas fritas de la franquicia de comida rápida. ¿Reputación?, se considera que son potencialmente peligrosas, no vamos a decir que no, pero no estaría mal contar con los estudios oportunos que lo demostrasen, del mismo modo que esperamos poder acceder a los estudios presentados por JR Simplot. En la campaña se solicita la colaboración de los consumidores para que firmen una petición en la que se dice que no quieren comer McFrankenfries.
¿Qué opináis sobre el tema?, ¿se puede realizar distinción entre estas patatas y los productos biotecnológicos de Monsanto o por el contrario se deben meter en el mismo saco?
Foto | Mokeneco