Las Patatas Anna (Pommes Anna) pertenecen al recetario clásico francés, más sencillas y humildes no pueden ser, sólo son básicos dos ingredientes, patatas y mantequilla, por lo que es fácil que al elaborarlas tengamos la tentación de añadir más ingredientes que aporten aroma y sabor. Realmente no sería necesario porque la mantequilla ofrece muchos matices de sabor según cómo y cuánto se cocina, y las patatas están más que predispuestas a asumir todos esos sabores y a ofrecer una textura crujiente tras el horneado, con un corazón tierno y jugoso.
La receta de Patatas Anna suele elaborarse en un molde especial, tipo molde charlotte, pero a nosotros nos resulta muy práctico utilizar las tradicionales cazuelas de barro. A diferencia de la elaboración clásica, horneamos este ‘pastel’ de patatas sin tapar, vosotros podéis elegir si preferís tapar con papel de aluminio o con la tapa del recipiente de cocción al introducir la preparación en el horno. Si preparáis un molde grande, a la hora de servir las porciones individuales podéis cortarlas como una pizza o un pastel, en triángulos, es una guarnición perfecta para infinidad de platos, igual que casi es infinita la cantidad de variantes que podemos hacer en base a esta receta.
Aunque si lo que queréis ofrecer a vuestros comensales son las clásicas Patatas Anna, o como a día de hoy podéis encontrar en libros de cocina francesa, ya sabéis que sólo se necesitan patatas y mantequilla, sorprenderéis hasta a vuestra madre. A continuación os contamos cómo hacemos habitualmente las patatas Anna, un plato que cuentan que se creó en 1870, se atribuye la receta al chef Adolphe Dugléré, alumno de Carême, cuando ejercía de jefe de cocina en el reconocido restaurante parisino Café Anglais, y tuvo que deleitar el paladar de una admirada y bella cortesana, Anna Deslions.
Ingredientes (4-6 comensales)
- 800 gramos de patatas
- 100 gramos (aproximadamente) de mantequilla a temperatura ambiente
- pimienta negra recién molida
- sal
- queso parmesano (opcional).
Elaboración
Pela las patatas y córtalas con la mandolina en rodajas de 1 mm. de grosor aproximadamente. Deben estar lavadas y bien secas.
Precalienta el horno con calor arriba y abajo a 200º C. Pon una cazuela grande (o cazuelas individuales) u otro tipo de recipiente que se pueda poner al fuego e introducir en el horno. Ponla a calentar con dos cucharadas de mantequilla, y ve colocando la primera capa de rodajas de patata cubriendo toda la base. Salpimenta, y cuando la mantequilla se haya fundido, retira el recipiente del fuego.
Añade a continuación unos daditos de mantequilla y vuelve a cubrir con otra capa de patatas, salpimenta, pon mantequilla… repite la operación hasta formar cinco o seis capas de patatas condimentadas.
Vuelve a poner el recipiente en el fuego, y cuando empiece a crepitar, pásalo al horno. Hornea las patatas durante 40-60 minutos, hasta que las patatas estén tiernas y la superficie dorada. El tiempo puede variar según el tipo de molde utilizado, el grosor de las patatas, y como siempre, del horno.
Emplatado
Las patatas Anna suelen servirse en el plato, dándole la vuelta al molde al retirarlas del horno, sobre todo si se van a servir como guarnición. Si las ofreces como entrante, puedes presentarlas en la misma cazuelita y si lo deseas, decoradas con perejil y un poco de parmesano recién rallado. ¡Buen provecho!