Popularmente se conoce como patata violeta a una variedad de este ancestral y apreciado tubérculo por su clara apariencia, es una patata de color violeta que puede variar en su tonalidad, e incluso mostrar tonos más azulados o jaspeados con tonos blanquecinos, esto debido a los múltiples intentos de hibridar y cultivar esta selecta patata conocida también como Vitelotte, Négresse, Trufa de China o patata azul, morada o negra, entre otros nombres.
La patata violeta o vitelotte se distingue por tener una piel morada, casi negra, y una carne violeta, hay además distintas variedades de patata violeta, es decir, las hay alargadas como las patatas ratte, las hay redondas… seguro que no hemos visto a día de hoy todas las que se cultivan. Aunque pueda parecer que la patata violeta es un cultivo joven, la verdad es que es muy antiguo, poco habitual, menos productivo que las patatas blancas.
Al parecer se desconoce su historia y su origen, no obstante, éste se lo otorgan a América del Sur. Como comentábamos, ahora hay distintos tipos de patata violeta, pero es la que se muestra en la fotografía la que se conoce como Vitelotte, de forma alargada, cilíndrica, oblonga, con la piel muy oscura fina y con muchos ojos hundidos, y una carne de intenso color violeta con algunas pinceladas claras según la pieza.
Es una patata de recolección tardía, con elevado contenido de almidón, y se puede cocinar como el resto de patatas, asadas, hervidas, fritas, en puré, haciendo chips… su sabor es el que le corresponde, sabe a patata aunque quizá con una particular suavidad. Sobre sus propiedades nutricionales podríamos decir que se encuentran por encima de las patatas blancas, particularmente por el color que tienen.
El color violeta de estas patatas, igual que el de otras frutas y verduras de colores que van del rojo al morado (grosellas, arándanos, col lombarda, naranja sanguina, cebolla morada…), es debido a las antocianinas, el pigmento vegetal hidrosoluble que se halla en las vacuolas de las células. Diversos estudios han mostrado que las antocianinas tienen efectos terapéuticos, son antioxidantes, es decir, reducen los radicales libres y con ello, los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares, patologías neurológicas e incluso cáncer.
No es fácil encontrar patata azul en el mercado, a no ser que sea por encargo o en tiendas especializadas. Su precio es superior al que estamos acostumbrados a pagar por las patatas, pero no son impagables, las últimas las hemos comprado a casi 5 euros el kilo, aunque sabemos que en muchos comercios su precio es aún mayor. A ver si de éstas podemos conservar algunas para sembrar…