BASF (Badische Anilin und Soda Fabrik) acaba de solicitar a la Unión Europea la aprobación de la patata transgénica Amadea, una variedad de patata cuyo contenido en amilopectina es mayor y de mejor calidad que el de la patata Amflora, cualidades que resultan interesantes para la industria. Al parecer, la EFSA ya se ha pronunciado sobre Amadea indicando que no representa un riesgo para la salud o el medio ambiente.
Como ya recordareis, hace unos meses resultó aprobado el cultivo de patatas transgénicas de la variedad Amflora, ya entonces destacábamos que a pesar de ser una patata concebida para fines industriales, existía un riesgo de que se pudiera introducir en la cadena alimentaria. La patata Amflora contiene genes de resistencia a los antibióticos y curiosamente la propia EFSA argumentaba que la patata podría provocar la aparición de resistencia a los antibióticos en los humanos, pero que se trataba de un riesgo poco relevante. Sin haber solventado algunas dudas y preocupaciones de la OMS o de otras organizaciones por la primera variedad, se presenta la patata modificada genéticamente Amadea, variedad que espera ser aprobada rápidamente y comercializada a partir del año 2013.
Tanto la patata Amadea como la patata Amflora están modificadas genéticamente para producir únicamente amilopectina eliminando la combinación que producen las patatas tradicionales con amilosa. Con las nuevas patatas transgénicas se elimina la necesidad de tener que separar ambos elementos y por tanto se reducen los costes de producción. BASF indica que existe una demanda de amilopectina para la industria alimentaria y que podrá ser satisfecha, por lo que se muestra que no será una patata cuyo uso sea exclusivamente industrial, por otro lado hay que recordar que en su momento, la compañía solicitó a la UE la aprobación de Amflora para uso alimentario en animales y seres humanos.
Es necesario recordar que la aprobación del cultivo de patatas transgénicas Amflora se podía considerar un decretazo de la UE y más sabiendo que la mayoría de países europeos habían manifestado su repulsa al cultivo. Ahora, una vez sentado el precedente con la patata Amflora, el terreno resulta más llano para la aprobación de la nueva patata transgénica. A juzgar por lo que leemos en la publicación digital El Periódico, el Ministro de Economía alemán debe sentirse muy satisfecho con la presentación de la nueva variedad de patata de BASF, algo lógico teniendo en cuenta donde está la sede de la compañía y los beneficios económicos que puede reportar al país.
La introducción de las patatas transgénicas con fines industriales en la alimentación humana es un riesgo evidente, si esto ocurre es posible que se actúe del mismo modo que se hizo en Estados Unidos con el caso del arroz transgénico LL62. El arroz estaba en proceso de estudio e investigación, no se consideraba apto para el consumo humano, pero de pronto se detectó que había escapado al control de los investigadores encontrándose en distintas zonas de cultivo del país y de otros lugares del mundo. Por supuesto, Bayer, la empresa responsable, eludió toda responsabilidad indicando que la contaminación se produjo por una “causa de fuerza mayor”, al final no hubo más remedio que aprobar el cultivo y comercialización del arroz LL62.
Foto | Vic Lic