La patata ratte, también conocida como patata Asparges, es originara de Francia y Dinamarca, al parecer, se originó en el siglo XIX. Es una de las patatas más apreciadas por los chefs franceses obviamente, y sus características también han hecho que en España y en otros países sea una de las patatas preferidas en la alta cocina.
Destaca el color amarillento de la carne de la patata ratte y su piel fina, amarilla y clara. Ayer comentaba Alberto Chicote en Deseo Carnal que era la patata con la que elaboraba la Causa limeña, por su textura y su sabor resultaba ideal. Y es que esta variedad de patata recuerda en sabor a las avellanas y a las nueces, un rico y delicado sabor a frutos secos.
Dada la forma que tiene este tubérculo, alargada, ligeramente curvada y algo más gruesa que un dedo, hay quien conoce la ratte como fingerling (finger=dedo), y posiblemente aún reciba otras denominaciones en otros países.
La patata ratte es del tipo céreo, ideal para hacerlas al horno, asadas o cocidas sin pelar (bien lavadas y sin retirar la piel tampoco posteriormente), poco aderezo necesitan para resultar deliciosas en un parmentier, por ejemplo, un poco de mantequilla o aceite de oliva, sal y pimienta. Ofrece una textura cremosa, consistente, densa y húmeda.
Es posible que alguna vez hayáis visto en el mercado la patata ratte pero su aspecto y su elevado precio no os ha conquistado. Ahora ya sabéis que con ella vais a disfrutar de una patata de características excelentes a partir de una sencilla elaboración.
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