La patata agria es una de las variedades de patata más demandadas por sus distintas cualidades, es de tamaño mediano-grande, tiene una forma ovalada y alargada, una piel fina, textura lisa y carne amarilla. La alaban como la patata ideal para fritura, lo que no implica que sea la mejor, pero es una patata compacta, tiene buen equilibrio de fécula y agua, pocos azúcares y buen peso, como resultado ofrece patatas fritas crujientes por fuera y tiernas por dentro.
Pero además, las patatas agrias son muy versátiles frente a los distintos métodos de cocción, además de patatas fritas, pueden hacerse hervidas o cocidas y conservan su estructura, no se deshacen, a lo que hay que sumar que su sabor es agradable.
Estas características, entre otras como su producción, su buena conservación o almacenamiento, su disposición en el mercado o su precio, hacen que la patata agria sea la que habitualmente utiliza la industria para sus productos preparados, patatas pre-fritas, patatas de cuarta gama, chips, tortillas de patata, copos, etc.
La patata agria es también una variedad que encontramos habitualmente en las verdulerías y en los supermercados, pudiendo encontrarla prácticamente todo el año, lo malo es que todavía son pocos los comerciantes (tanto si son patatas embolsadas como si son a granel) que especifiquen la variedad de patata que ofrecen.
Esta variedad de patata se cultiva en todo el país (es también muy apreciada en Italia y Alemania entre otros países), incluso hay bastante oferta de patata agria ecológica. Es una patata semitardía, su época de recolección va de mediados de junio a mediados de septiembre.
Seas de lo que se fijan o no en la variedad de patatas que compras para cocinar, seguro que has consumido patata agria, y esperamos que esta información sirva para comprobar qué patatas entran en tu cesta en la próxima compra. Hay mucha diferencia en los resultados si utilizamos una patata apropiada para cada método de cocción, merece la pena saber lo que compramos.