El 25 de noviembre se celebra Santa Catalina. Lo cierto es que no tenemos mucho que decir sobre el santoral o sobre la festividad que se conmemora en este día, pero en nuestra localidad, Vinaròs, nos comentan que Santa Catalina es la patrona de niñas y niños en edad escolar. Como curiosidad, os vamos a resumir en qué consiste este festejo que se celebra desde hace muchos años, y aunque la forma de hacerlo ha cambiado, se intenta preservar la tradición. De hecho, parece ser que hubo un tiempo en el que dejó de festejarse, pero allá por los años 80 se recuperó y ahora cada año se celebra incluso en los colegios.
Y no importa que el día de Santa Catalina caiga en fin de semana, pues se adelanta al viernes y los niños no se pierden la celebración, ésta consiste en cantar canciones populares (lloes de Santa Catalina), realizar una salida por las calles del pueblo y después terminar la mañana de la jornada escolar (aquí hacen jornada intensiva) realizando distintos juegos a aire libre, especialmente juegos antiguos como saltar a la comba, hacer rodar la peonza… Después también se desarrollan otras actividades organizadas por el Ayuntamiento, concursos de loas y de comer pastissets, cuentacuentos, sorteos, cine infantil…
Otra de las características de la fiesta de Santa Catalina es que es la fecha de renovación del vestuario de los niños, el cambio de armario de la estación, por lo que muchos estrenan sus abrigos, sus zapatos y otras prendas de vestir. Ahora veréis por qué señalamos el tema de los zapatos. Y es que a todo esto, el festejo de Santa Catalina también tiene una parte gastronómica, si no, no estaríamos hablando de ello…
Resulta que el día de Santa Catalina es tradición comer pastissets (pastelitos), son los denominados ‘Pastissets de Santa Catalina’, y cuentan que antiguamente, muchas veces eran los niños quienes iban a comprarlos a las pastelerías y panaderías. Al ser un dulce muy delicado, para protegerlo los niños lo guardaban en una caja de zapatos. Las familias compraban sus pastissets de Santa Catalina y se iban a comerlos junto al río Servol. Esto ya no se hace, pero los dulces se siguen disfrutando en los hogares de los vinarocenses y en los escenarios en los que se organizan las actividades de esta festividad.
Seguro que hay mucho más que saber de esta tradición, pero en Gastronomía y Cía lo que nos gusta es contaros qué es un pastisset de Santa Catalina, en qué consiste y cómo se elabora. En las fotos ya podéis apreciar que se trata de un pastelito de merengue, un dulce que está muy presente también en otras elaboraciones pasteleras tradicionales de esta y muchas otras ciudades. Ahora os contamos lo que esconde en su interior.
El Pastisset de Santa Catalina tradicional se compone de una base de bizcocho genovés cubierto de frutas confitadas o cabello de ángel y todo ello cubierto con el merengue escudillado con una manga pastelera y boquilla rizada, por lo que se puede decir que es un pastelito de merengue relleno, con sorpresa. Para terminar, se colocan unas guindas rojas, se espolvorea con un poco de azúcar glas y con ayuda de un soplete se le da un poco de color al merengue.
Ahora bien, en la actualidad se hacen muchas versiones de este pastisset, una de las más demandas por los vinarocenses es que el relleno, en lugar de fruta confitada, sea de crema pastelera o de chocolate. Y como también hay a quien no le gusta el merengue, en la pastelería en la que nosotros compramos este dulce, una pastelería familiar que pronto cumplirá 40 años, también ofrecen otras opciones para que nadie se quede sin merendar su pastelito de Santa Catalina.
En la Pastelería El Suquet, además, elaboran pastissets de Santa Catalina de distintos tamaños, y si es para regalar, también tienen preparadas ‘cajas de zapatos’, como un guiño a la tradición, podéis ver algunas fotografías en su perfil de Facebook. Es posible que nos animemos este fin de semana a elaborar estos pastelitos en casa, si queréis tener la receta para hacerlos también, sólo tenéis que decirlo.