Estamos en plena celebración de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, donde se disputan la presidencia Kamala Harris y Donald Trump. Lo cierto es que las elecciones no sólo traen debates y campañas políticas, así como espectáculos y otros eventos. Para algunos es el momento perfecto para la recuperación de una tradición dulce con “sabor patriótico”, hablamos de los pasteles electorales.
Se trata de unos dulces decorados con los colores nacionales o con mensajes que destacan la importancia del voto, siendo un símbolo de celebración y participación democrática en el país. Pero no sólo se podían encontrar pasteles con todo tipo de formas, incluso emulando a los candidatos, a la bandera estadounidense, etc. También cupcakes o galletas decoradas con nombres y frases como “Vote” y “Democracy”. Estas creaciones reposteras hace varias décadas que se convirtieron en un modo de expresar el entusiasmo y el compromiso cívico que tienen los ciudadanos en la elección del presidente.
Parece ser que la tradición de comer y compartir postres en días importantes en la historia estadounidense tiene sus raíces en el siglo XVIII, cuando los colonos celebraban eventos históricos con «Election Cakes» (pasteles de elección), con los que conmemoraban momentos de relevancia política. En realidad se trataba de grandes panes dulces a los que se les añadían frutas y especias. Estos pasteles de elección se preparaban especialmente en Nueva Inglaterra (región en el noreste de Estados Unidos) y se servían en las festividades locales durante todo el período de las elecciones para animar a todos los ciudadanos a participar en las votaciones.
Se cree que el Election Cake se inició en el Estado de Connecticut y se popularizó en la época de las primeras elecciones estadounidenses, época en la que la repostería era laboriosa y el hecho de hornear un pastel grande y compartirlo, se consideraba una muestra de apoyo y unidad dentro de la comunidad. Con el tiempo y a medida que la democracia en Estados Unidos se fue consolidando, este tipo de pasteles comenzaron a convertirse en un símbolo de la participación ciudadana, y a su vez, en un modo de alentar a los ciudadanos a involucrarse en los procesos democráticos.
La “repostería electoral” en Estados Unidos ha evolucionado de forma paralela a los cambios sociales y culturales del país, los «Election Cakes» tradicionales dieron paso a los pasteles y los cupcakes decorados. En la década de los 50 y con el auge de la televisión y las campañas electorales masivas, la personalización de estas creaciones reposteras se volvió mucho más creativa, predominando en las decoraciones los colores rojo, blanco y azul, así como los símbolos nacionales y diferentes temas relacionados con la democracia.
Durante la denominada observación electoral es cuando amigos y familiares se reunían para seguir en directo los resultados, siendo los pasteles y postres patrióticos una pieza central de las reuniones. Estos dulces han seguido evolucionando y actualmente los pasteles electorales se han diversificado en sabor, forma y estilo, como decíamos, además de los grandes pasteles temáticos, también es habitual encontrar cupcakes, galletas y donuts decorados con motivos electorales, algunos personalizados para apoyar a un candidato en particular, otros con mensajes como «Vote» o «Make Your Voice Heard» (Haz que tu voz sea escuchada).
En todo el país y especialmente en las grandes ciudades, las panaderías y pastelerías preparaban lotes de postres decorados con temas patrióticos en la temporada electoral, pero especialmente para la elección presidencial. Hay que destacar que actualmente ya no se consideran una moda popular o tendencia moderna, pero algunas panaderías, pastelerías o entusiastas de la historia trabajan para recuperar esta tradición y para ello nada mejor que utilizar las redes sociales, donde se publican fotografías de estas elaboraciones como muestra de entusiasmo y deseo de recuperar una tradición.
La tradición del pastel electoral se presta a una gran variedad de recetas, algunas de las más populares son el pastel de la bandera que tiene un glaseado rojo, blanco y azul, los cupcakes patrióticos, elaboraciones decoradas con pequeñas banderas, estrellas o con frases, las galletas de votación, que básicamente son galletas de mantequilla que se decoran con un glaseado con inscripciones y logos, y los donuts y macarons temáticos, dulces que se decoran con elementos y colores patrióticos.
Lo cierto es que los pasteles electorales representaban mucho más que un simple postre, y en el contexto de las elecciones y especialmente en tiempos de polarización política, estos dulces pretendían ofrecer una manera simbólica de celebrar la democracia, promover el diálogo y animar a la participación ciudadana. En definitiva, esta dulce tradición tiene una larga historia, pero su popularidad y simbolismo posiblemente sea algo difícil de recuperar.
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