Se conoce como pasta de tomate al concentrado de esta fruta, hay diferencias con respecto a las salsas o purés de tomate principalmente en el contenido de agua o en el porcentaje de concentración de la materia sólida, aunque hay que decir que dependiendo del país, pueden variar algunas fórmulas y denominaciones.
Debido a que la elaboración de pasta de tomate es prolongada, aunque muy fácil, en el mercado se encuentra el producto preparado y envasado, principalmente en pequeñas latas de conserva o en tubos, aunque este formato es más habitual en otros países, no obstante en nuestros hipermercados se puede encontrar el concentrado de tomate en tubo en los lineales de productos importados, o dependiendo del comercio, en el mismo que el resto de pastas y salsas de tomate.
La pasta de tomate es muy fácil de hacer, de lo que se trata es de concentrar la pulpa del tomate y para ello, es necesario retirar previamente la piel y las semillas y después someter la fruta al calor para que vaya evaporando el agua de vegetación. ¿Recordáis que os lo explicábamos también cuando hablamos de la Passata?
Para hacer pasta de tomate es conveniente seleccionar unos tomates carnosos y maduros, tras una primera cocción para ablandarlos, se tamizan para retirar piel y semillas, y posteriormente se procede a la larga cocción para evaporar el agua, reducirla hasta una quinta parte de la que tiene inicialmente. Aunque más de la mitad de los sólidos del tomate se componen de azúcares y ácidos orgánicos, puede añadirse un poco de azúcar y un poco de sal para equilibrar la acidez y favorecer la conservación, aunque el porcentaje de esta es mínimo.
Si la elección para consumir pasta de tomate es comprarla hecha, conviene comprobar en la etiqueta que no contiene ningún ingrediente más que el tomate y la sal. Como hay distintos fabricantes de este producto, también convendrá probar varios para elegir el que ofrezca más calidad y mejor sabor.
El uso del concentrado de tomate es muy amplio, desde su incorporación en guisos y salsas, donde además de color y sabor actúa como espesante, su uso directo en masas de pizza, por ejemplo, pero siempre moderado porque su sabor está muy concentrado, o para reconstituirlo añadiendo agua u otros líquidos y disponer de una salsa o zumo de tomate.
Un consejo que ya os hemos dado en otras ocasiones, dado que la pasta de tomate se utiliza en pequeñas proporciones, el tarro de conserva casera o el comprado se deberá guardar en el frigorífico una vez empezado, recordad que cubrir la superficie con aceite, favorecerá su conservación.