Parmentier de queso azul con espárragos de Navarra

El Parmentier de queso azul con espárragos de Navarra es un entrante elegante, sabroso y delicado al paladar, es una crema de patata muy suave que esconde el intenso sabor de un queso muy particular. Su elaboración es muy sencilla y podemos variar la intensidad del sabor del queso azul según nuestro gusto, incluso elegir un queso azul dulce o picante para satisfacer a nuestro paladar.

Nosotros solemos hacer esta receta de parmentier de queso con un Gorgonzola dulce o con el Valdeón que tanto nos gusta. Las almendras aportan un contraste en la textura y además, tanto este como otros frutos secos hacen muy buen maridaje con los quesos. Hemos aprovechado que los almendros están en plena floración para darle color al plato, ¿te apetece una cremita?

Ingredientes (4 comensales)

  • 350 gramos de patatas cocidas
  • 150 gramos de queso azul
  • 100 gramos de agua de la cocción de las patatas
  • 8 puntas de espárragos de Navarra
  • 20 almendras Marcona
  • pimienta negra
  • escamas de sal de vainilla
  • sal
  • aceite de oliva virgen extra.

Elaboración

Pela las patatas, lávalas bien y córtalas en dados. Ponlas en una olla con un poco de agua y sal y cuécelas hasta que estén bien blandas. Escúrrelas y ponlas en un recipiente adecuado para triturarlas, añade previamente el queso azul troceado, incorpora el agua, pimienta negra, una pizca de sal y una o dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra.

Tritura con el pisa patatas, con un pasapurés o tritura en Thermomix hasta obtener una crema fina y homogénea. Pruébala para rectificar de sal o especias. Si la encuentras fuerte (por el queso), puedes añadir un poco más de patata o un chorrito de leche. Reserva el parmentier en caliente.

Pon una sartén al fuego con un poco de aceite y marca los espárragos, a la vez que tuestas las almendras que incorporarás a la crema.

Emplatado

Sirve el Parmentier de queso azul colocando en el centro los espárragos, reparte también las almendras y sazona con un poco de sal de vainilla, o en su defecto, unas escamas de sal. ¡Buen provecho!

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