En varias ocasiones nos hemos preguntado por qué alguna organización de consumidores no ha puesto en marcha un Premio a la Mentira Publicitaria más Insolente del Año en España, pregunta lógica tras ver que estos premios, en Alemania y Holanda tienen efectos positivos en beneficio de los consumidores. Las denuncias que se realizan de productos en nuestro país no parecen tener la repercusión que debieran, sin embargo, un premio como el mencionado, promocionado a bombo y platillo y haciendo participes a todos los consumidores en la elección del producto y fraude más descarado, parece tener una repercusión más significativa que logra obligar a la industria alimentaria a que sea más transparente y trabaje en favor de una dieta más sana y equilibrada.
Como ya explicábamos el año pasado, el Premio a la Mentira Publicitaria más Insolente del Año (Premio Goldener Windbeutel) que otorga la asociación alemana Foodwatch, es una medida efectiva para forzar cambios en la industria alimentaria. En la edición de 2017 de estos premios, uno de los productos nominados eran las galletas para bebés Alete, producto que se presentaba como un alimento con magníficas propiedades nutricionales y sin sal añadida, a pesar de su alto contenido en azúcar (25%) y aceite de palma, algo nada recomendable para un bebé, por lo que se consideró un ataque a su salud.
Tras su nominación en los premios, el fabricante reconoció que no podía presentar las galletas como amigables e ideales para los bebés y declaró que procedería a retirar estas declaraciones, siendo otro triunfo más que se apuntaba Foodwatch. Recordemos que esta organización ha logrado con sus premios que varios fabricantes cambien la presentación de sus productos, la composición, la publicidad que induce a error, etc., algo que beneficia a los consumidores, ya que pueden adquirir productos más transparentes, verdaderos y saludables. A pesar de este anuncio, las galletas Alete, ganaron el Premio al Producto Alimenticio más Fraudulento del Año 2017, el anuncio de la empresa mientras las galletas eran candidatas a este galardón no impidieron su elección.
Explicamos esto porque este año se ha producido una situación similar, en este caso el anuncio lo ha realizado Dennree, empresa que comercializa su aceite Bratöl Olive como producto ecológico Premium y que induce a error a los consumidores con su etiqueta y presentación, haciendo creer que se trata de un aceite de oliva virgen extra 100%, cuando en realidad se trata de una mezcla del 51% de aceite de oliva y un 49% de aceite de girasol. La marca juega con la etiqueta donde se destaca su contenido de ácidos grasos monoinsaturados, pero la realidad es decepcionante. No es que la empresa engañe descaradamente, pero se aprovecha de que muchos consumidores no leen la etiqueta con los ingredientes, se fijan sólo en la presentación.
Tras pasar unas horas de la puesta en marcha del Premio Goldener Windbeutel 2018, el fabricante Dennree anunciaba que revisaría el etiquetado del aceite en cuestión, explicando que se sentía decepcionado con la nominación de su producto al premio porque su intención no era engañar a sus clientes. La empresa manifestó su intención de cambiar el etiquetado a partir del año que viene, la etiqueta aparecerá en el frontal del envase y en la fotografía del producto, además de las aceitunas, aparecerá un girasol para que quede claro que se trata de una mezcla de aceite.
Resulta gracioso (por decirlo suavemente) que estos fabricantes sólo reaccionen después de una crítica pública, anteriormente Foodwatch se había puesto en contacto con el fabricante denunciando el etiquetado, pero se hizo caso omiso, lo mismo que ocurrió con las galletas Alete. Estos son solo algunos ejemplos, lamentablemente los fabricantes europeos de alimentos utilizan etiquetas alimentarias engañosas, como también denunciaba hace unos meses la Organización Europea de Consumidores (BEUC) a través de un informe titulado “Etiquetas alimentarias: trucos de oficio”, donde se destacaban las principales prácticas de la industria alimentaria para “endulzar o mejorar la percepción” de la calidad de los alimentos y bebidas.
En definitiva, nada mejor que campañas a bombo y platillo para que todos los consumidores puedan saber el modo en el que algunas empresas de la industria alimentaria intentan engañar, será la manera de conseguir que trabajen de un modo honesto y transparente. Podéis conocer más detalles del anuncio de la empresa Dennree a través de este artículo publicado en la página de Foodwatch.