Pan blanco con masa madre de centeno

Hoy hemos elaborado dos redondos de Pan blanco con masa madre de centeno, el resultado a la vista está, pero el sabor lo tendréis que probar, os lo recomendamos. No es que sea muy marcado el hecho de que la masa madre llevara centeno, la proporción es muy pequeña, pero hemos disfrutado de un pan casero excelente.

El Pan blanco lo hemos hecho simplemente porque anoche estuvimos haciendo una nueva masa madre líquida con harina de centeno y nos dio por jugar. Ya os hemos comentado que cuando te introduces en el mundo del aficionado panadero, cada vez que elaboras una masa se convierte en un juego creativo y de nuevos descubrimientos.

Por si os apetece probarlo, os dejamos la receta del pan que igualmente podéis hacer con harina de trigo, y por qué no, hacer vuestras propias pruebas.

Ingredientes

Masa madre

• 100 gramos de agua
• 12 gramos de levadura
• 60 gramos de harina centeno
• 40 gramos de harina de fuerza.

Masa de pan

• 500 gramos de harina de fuerza
• 10 gramos de levadura
• 290 gramos de agua
• 10 gramos de sal.

Elaboración

La noche anterior prepara la masa madre de centeno, disuelve la levadura en el agua tibia y mézclala con las harinas. Haz una bola y ponla en un cuenco cubierto con un paño, deja reposar toda la noche a una temperatura de unos 20 º C.

A la hora de hacer el pan, disuelve la levadura de la masa en el agua tibia, haz un volcán con la harina y añádela, agrega también la sal sin que entre en contacto con la levadura y trocea la masa madre para incorporarla a la mezcla. Amasa durante 10 minutos aproximadamente desde que todos los ingredientes estén unidos.

En caso de amasar con Thermomix realiza la misma operación incorporando los ingredientes en el vaso, mezcla un minuto a velocidad 1,5 y después programa 8 minutos a velocidad espiga. El resultado debe ser una masa uniforme, elástica y ligeramente pegajosa.

Pasa la masa de pan a un cuenco ligeramente enharinado, cúbrelo con un paño seco y deja levar en ambiente cálido hasta que doble su volumen, al menos una hora. Pasado este tiempo vierte la masa en la superficie de trabajo espolvoreada con harina y divídela en dos. Desínflala y dale forma de bola otra vez procurando crear tensión en la superficie. Pon cada una de las piezas de masa en una cesta de fermentación o un cuenco cubierto con un paño y enharinado, cubre de nuevo y deja levar hasta que doble su volumen.

Mientras tanto precalienta el horno a 250º C, pon una bandeja de agua en su interior para que cree vapor durante la cocción del pan. Cuando la masa haya subido, vuélcala en la bandeja del horno espolvoreada con un poco de harina, introdúcela en el horno y baja la temperatura a 200º C.

Cuece el pan durante 40 minutos aproximadamente, la corteza debe estar dorada y sonar a hueco cuando la golpees con los nudillos, también en la parte inferior.

Cuando el pan blanco esté en su punto, retíralo del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla. Disfruta escuchando su crujir, parece su llamamiento, una bienvenida de un pan casero recién horneado.