En Francia se están preparando unos nuevos carteles que informan sobre los productos alimenticios que someten a reduflación o shrinkflation, medida que busca informar a los consumidores debidamente, sobre qué productos alimenticios se comercializan con un menor tamaño sin reducir el precio. Según un decreto publicado a mediados del pasado mes de abril, los minoristas franceses estarán obligados a informar a los consumidores de aquellos casos de reduflación.
En ese país se anunció el año pasado la intención de prohibir la reduflación como un paso más para mejorar la transparencia y acabar con lo que se considera una estafa o fraude. Como ya hemos explicado anteriormente, la reduflación es la práctica de algunas empresas alimentarias para reducir la cantidad de producto que ofrecen sin reducir el precio, pudiendo incluso aumentarlo. Este tipo de prácticas son habituales especialmente en periodos de inflación y tienen el cometido de encarecer los alimentos sin que el consumidor se dé cuenta de ello.
Bruno Le Maire, Ministro de Economía, Finanzas y Recuperación de Francia, ha explicado que se lucha contra esta práctica para ponerle fin, su intención es restaurar la confianza de los consumidores y eso conlleva una total transparencia. Por tanto, a partir del próximo 1 de julio será obligatorio indicar cuándo un producto alimenticio cambia de tamaño, especificando la evolución del precio en relación al peso o cantidad de producto, de modo que los consumidores puedan conocer los verdaderos cambios del precio de los productos alimenticios.
Los minoristas señalarán la reduflación a los consumidores con carteles donde se explicará que para un determinado producto, el precio ha pasado de “x” a “y”, mientras que la cantidad aumentó en “X”, se mantuvo igual o disminuyo “X” porcentaje. Esta medida afectará a alimentos envasados como, por ejemplo, el arroz, pero también a productos no alimentarios como el detergente. Los alimentos que se comercializan a granel no estarán afectados y tampoco aquellos que puedan variar durante su preparación.
Hay algunas categorías alimentarias afectadas por la reduflación, incluida la de productos de confitería que en los últimos meses se está viendo afectada por los precios récord del cacao debido a un cúmulo de factores, reducción de la producción, cambio climático, enfermedades, especulación, etc. De todo ello hablábamos en el post ¿Por qué aumenta el precio del cacao de un modo tan escandaloso?
Varias empresas justifican la decisión de reducir la cantidad de producto asegurando que no se toma a la ligera, ya que es el modo de ofrecer la mejor relación calidad/precio posible sin que se vea comprometida la calidad o el sabor. Y es que de otro modo se estaría hablando de cheapflación, es decir, sustituir materias primas o ingredientes por otros cuyo coste sea menor y así poder abordar el aumento del precio de las materias primas sin tener que aumentar el precio del producto. Pero incluso con esta práctica, las empresas alimentarias tienen la obligación de informar a los consumidores.
El caso es que el decreto que podéis leer aquí resulta controvertido, algunas asociaciones de empresas aseguran que la ley va demasiado lejos. Se puede citar al grupo comercial ANIA (Association Nationale des Industries Alimentaires), que manifiesta estar en desacuerdo con que la reduflación se describa como una estafa, ya que afecta a un muy pequeño porcentaje de productos alimenticios.
Por otro lado, la asociación de consumidores UFC-Que Choisir cuestiona que la medida sea eficaz para traer más transparencia a los consumidores, ya que considera que sería más efectivo que se introdujera un etiquetado en los envases de los productos alimenticios y que la medida se extendiera también a las tiendas online, no sólo a las tiendas físicas.
Será cuestión de ver cómo se implementa y si realmente la medida de colocar un cartel al lado de los productos como explican aquí es efectiva.
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