Un estudio desarrollado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Loyola (Estados Unidos), determina que además de la influencia que ejercen las relaciones sociales en nuestros hábitos y conductas, también influyen en nuestro peso corporal, si tenemos amigos delgados, tenderemos a reducir nuestro peso, si por el contrario nuestros amigos tienen sobrepeso u obesidad, tenderemos a engordar, es como si nos quisieran decir que la delgadez o la obesidad es contagiosa.
Parece que los investigadores han recurrido al refranero «dime con quién andas y te diré quién eres». Apuntan también que la forma física condiciona el tipo de relaciones, así, una persona gorda busca relacionarse con personas de su misma condición, lo mismo ocurre con las personas delgadas. Estos datos son el resultado de investigaciones anteriores, pero hasta ahora no se había determinado la influencia de uno de los dos colectivos en una persona contraria, es decir, una persona obesa entre un grupo de amigos delgados y viceversa. Evidentemente, más que «contagio», se debe hablar de influencia y no ocurre solo con el peso corporal, son muchos los factores que intervienen y condicionan las relaciones sociales.
Realizaron un seguimiento a dos grupos de adolescentes (1.151 y 624) pertenecientes a dos escuelas de Chicago. Una escuela estaba localizada en un área rural y la mayoría de los estudiantes eran de raza blanca, la otra escuela estaba en el centro de la ciudad y los estudiantes mayoritariamente eran de diferentes razas y etnias. Se recabó información sobre diferentes parámetros de ambos grupos, peso corporal, actividades físicas, altura, amistades… también se determinó el IMC (Índice de masa corporal) según el peso y altura de cada uno de ellos. Tras pasar un año, los investigadores volvieron a realizar las mismas mediciones y los resultados obtenidos sugirieron que en lo que respecta al IMC, los adolescentes tendían a relacionarse con aquellos que se aproximaban al suyo.
Paralelamente se determinó que aquellos adolescentes cuyo IMC era muy ajustado, rozando el sobrepeso y tenían amigos delgados, la probabilidad de que redujeran su peso era de un 40%, y se cifraba el riesgo de aumentar de peso en un 27%. Un adolescente con sobrepeso que tenía amigos obesos tenía una probabilidad de hasta un 56% de aumentar su peso, en la contra, la probabilidad de reducir el peso corporal se cifraba en un 15%. Para los especialistas estos resultados sugieren la posibilidad de desarrollar estrategias para prevenir la obesidad, claro, que puntualizan para que no se produzcan malas interpretaciones, que no se deben tratar a los adolescentes sea cual sea su condición como personas aisladas.
En lo que respecta al índice de Masa Corporal, los investigadores apuntan que la influencia social opera con mayor peso en direcciones perjudiciales que en direcciones beneficiosas, es decir, es más fácil sufrir sobrepeso y obesidad que adelgazar. Por ello, tener en cuenta la influencia social a la hora de diseñar un tratamiento o dieta es necesario a fin de lograr reducir el sobrepeso y la obesidad, con esto no quieren decir que las relaciones sociales sean la causa, pero todo es un suma y sigue que influye. Finalmente hay que decir que el estudio no tiene un valor significativo, ya que los datos recabados son de hace 10 años, la tasa de sobrepeso y obesidad era más reducida y las relaciones sociales no eran como ahora, no se ha tenido en cuenta la influencia de las redes sociales como Facebook o Twitter u otros parámetros que condicionan las relaciones.
Curiosamente, y a pesar de que los investigadores indican en el artículo de BBC que se trata del primer estudio que intenta mostrar la influencia del entorno social en nuestro peso corporal, ya hace algunos años se realizó un estudio por investigadores de la Universidad de California y la Escuela de Medicina de Harvard, en el que se determinaba un resultado similar, un aumento de peso de un individuo propiciaba que su entorno social también aumentara de peso. En este estudio se apuntó además que el vínculo de amistad entre dos personas, una de ellas con obesidad, incrementaba hasta en un 57% el riesgo de que el más delgado engordase. En el caso de que ambos fueran obesos, el riesgo de aumentar de peso se disparaba hasta el 171%, podéis consultar el estudio en este enlace.
Como se puede comprobar, este tema ya se ha tratado en varias ocasiones, como apuntan los investigadores de la Universidad de Loyola, se han obviado cuestiones que han modificado las relaciones sociales actuales, como ya os hemos comentado, hay que tener en cuenta además que el mercado marca las tendencias alimentarias. Por ello, no será extraño que a medio plazo se retome de nuevo el tema y nos muestren un nuevo estudio añadiendo aquellos elementos que pueden influir en el sobrepeso, la obesidad o la delgadez, pero desde luego nada tiene que ver con el contagio.
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