La nutrigenética o dieta del ADN es la respuesta a la búsqueda de una dieta perfecta y personalizada para cada persona, gracias a la información genética se pueden conocer las necesidades nutricionales del organismo a nivel genético.
La nutrigenética o dieta del ADN terminará sustituyendo a las distintas dietas que existen en la actualidad, ya que la información recabada en los genes proporcionará una respuesta muy precisa sobre qué alimentos serán los más adecuados en nuestra dieta diaria, nada que ver con la dieta que nos pueda aconsejar un especialista nutricionista basándose en los métodos tradicionales, en las experiencias personales o en los conocimientos en los que no se contempla la genética. Por supuesto, las dietas milagro podrían ser definitivamente erradicadas.
No hay que confundir la dieta del ADN con la nutrigenómica, en el primer caso se trata de un campo englobado en la nutrigenómica que analiza cómo responde la estructura genética de cada persona ante determinados nutrientes aportados por la alimentación, en el segundo caso, la nutrigenómica sería la ciencia responsable de explicar los mecanismos por los que determinados nutrientes de los alimentos pueden alterar la estructura de la información genética. Algunos genes son relacionados con las posibilidades de sufrir determinadas enfermedades, como puede ser la diabetes o el cáncer, la expresión de estos genes podría ser modificada a través de la alimentación reduciendo el riesgo de padecer las mencionadas enfermedades.
La nutrigenómica se puede utilizar para estudiar determinadas enfermedades en las que la alimentación o el metabolismo estén implicados, un ejemplo de ello sería el estudio que conocíamos en el post Nutrigenómica para aprender a comer mejor. En este estudio, los expertos trataban de diseñar un menú a partir de un análisis genético de la saliva, concretamente se estudiaba una variante del gen MTHFRs, responsable de un aumento de los riesgos cardiovasculares y una variante del gen VDR, responsable de la disminución de la sensibilidad a la vitamina D y por tanto de incrementar las posibilidades de sufrir enfermedades como la osteoporosis. Los expertos debían diseñar una dieta que proporcionara a estos genes las necesidades nutricionales a fin de reducir los riesgos de sufrir las enfermedades antes mencionadas.
En un futuro no muy lejano, la secuenciación del genoma de cada persona será una realidad, una información muy valiosa con la que los especialistas médicos o dietistas genetistas interpretarán para proporcionarnos la dieta más recomendable para el buen funcionamiento de nuestro organismo. La nutrigenética permitirá rectificar el desajuste existente entre los nutrientes aportados por la alimentación y lo que los genes pueden asimilar.