En el año 2012 nos hacíamos eco de LiquiGlide, un nuevo recubrimiento antiadherente para envases desarrollado por un grupo de investigadores del Varanasi Research Group Laboratory del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), que permite vaciar el contenido de cualquier producto alimentario espeso y difícil de apurar, como por ejemplo el ketchup o la mahonesa. Para comprobar la efectividad del recubrimiento, lo mejor es recordar el vídeo (podéis verlo abajo), podréis comprobar que el contenido del envase se apura completamente sin ningún esfuerzo, lo que se traduce en un importante ahorro para los consumidores y una reducción significativa del desperdicio alimentario.
A principios del año pasado anunciábamos que en las estanterías de los supermercados se empezarían a encontrar los nuevos envases con el recubrimiento LiquiGlide este año, podía resultar un anuncio algo prematuro ya que una nueva tecnología suele tardar entre siete y diez años en alcanzar los mercados a partir del momento en el que se crea en un laboratorio, pero dada la naturaleza y características de este revestimiento, la llegada al mercado sería mucho antes de lo esperado y así ha sido. Se ha anunciado el lanzamiento de los nuevos envases alimentarios con LiquiGlide en breve, gracias al acuerdo firmado con el grupo noruego Orkla, presente en más de 40 países del mundo y dedicado a la producción y comercialización de todo tipo de productos alimentarios.
De momento Orkla anuncia que dará a conocer un producto presentado con el nuevo envase alimentario el próximo mes de septiembre, por el momento prefiere mantener en secreto el nombre del producto, pero posiblemente se haya elegido la mahonesa. Este es el segundo gran acuerdo que ha logrado el Varanasi Research Group Laboratory, el primero se cerró con Elmer, una compañía que se dedica a la producción y comercialización de pegamentos, lo que muestra la variedad de productos que pueden utilizar este revestimiento antiadherente que se puede aplicar en todo tipo de envases, sean de plástico o cristal. Inicialmente el recubrimiento se desarrolló para el sector de la alimentación, pero tiene muchas posibilidades y aplicaciones, de ahí que además se esté negociando su introducción en diferentes industrias, farmacéutica, aceites industriales, petroleras, etc.
Volviendo al ámbito alimentario, merece la pena recordar que el recubrimiento antiadherente LiquiGlide fue testado y aprobado en su momento por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, destacando que no se integra en los alimentos a través de un proceso de lixiviación, esto sucede cuando los alimentos actúan como disolventes con algunos elementos químicos integrados en los envases y provoca la integración en el producto de consumo, por lo que no representa amenaza alguna para la seguridad alimentaria.
Con este nuevo acuerdo se muestra que las grandes compañías de envasado de productos ven el valor que tiene la nueva tecnología y la confianza que están depositando en ella. Para los responsables de LiquiGlide es un gran logro, aseguran que están deseando trabajar con el grupo noruego y poder ver al fin los envases con su recubrimiento interno en las estanterías de los supermercados en todo tipo de productos, los consumidores lo agradecerán tanto por la reducción de esfuerzo para vaciar el bote, como por el ahorro económico que ello supone a largo plazo.
Según leemos aquí, los desarrolladores de LiquiGlide siguen trabajando y negociando con algunas de las grandes compañías del mundo, discutiendo sobre la exclusividad del recubrimiento para diferentes segmentos del mercado. Evidentemente las empresas que posean el envase con el recubrimiento antiadherente en su interior estarán ofreciendo un valor añadido que será valorado por muchos consumidores, siendo LiquiGlide un elemento que diferenciará de forma significativa los productos de una marca con respecto a los que ofrezca la competencia.
1 comentarios
Si en un envase de ketcup de 250 gramos se quedan pegados 12 gramos (por ejemplo) el desperdicio es del 12/250 = 0.048 que multiplicado por el precio, digamos 1.5, euros nos da 7.2 céntimos de pérdida en alimento. Si el recubrimiento cuesta más de 7 céntimos no es rentable para el consumidor pagarlo y es mejor tener la pérdida del producto que el recubrimiento. Así que el éxito depende del incremento de precio debido al envase.