El Laboratorio Federal Suizo de Ciencia y Tecnología de Materiales (EMPA) y la cadena de supermercados de descuento Lidl, han desarrollado conjuntamente un nuevo revestimiento protector de celulosa para frutas y verduras, que tiene como finalidad reemplazar a medio plazo los envases de plástico que se utilizan para preservar y presentar alimentos.
La celulosa para el recubrimiento se obtiene de los sólidos de cáscaras de frutas y verduras tras ser sometidos a procesos por los que se extraen todos los líquidos. Hasta la fecha, estos residuos se utilizaban en las plantas de biogás o como abono para los cultivos, pero ahora se le puede dar un nuevo uso al ser transformados en celulosa fibrilada.
Los expertos del laboratorio de Materiales de Celulosa y Madera del EMPA han estado trabajando durante más de un año para desarrollar el nuevo revestimiento protector, en las pruebas realizadas la vida útil de los plátanos se ha ampliado más de una semana, en el caso de los pepinos, la vida útil se amplía hasta 6 días. Parece ser que dependiendo del tipo de alimento la duración varía, pero en todos los casos se logra ampliar como mínimo 6 días, por lo que se puede decir que es un producto que contribuye a reducir significativamente el desperdicio de frutas y verduras.
Los expertos explican que el recubrimiento se puede rociar sobre los alimentos o estos pueden ser sumergidos en una solución de celulosa fibrilada, destacando que una vez que frutas y verduras llegan a las manos del consumidor, simplemente deben lavarse bajo el agua del grifo, y si quedan restos no es problema, ya que se trata de un material apto para consumo. Pero hay más, los investigadores comentan que el recubrimiento tiene un gran potencial aún sin explotar, por ejemplo, se pueden añadir antioxidantes, vitaminas y otros nutrientes que enriquecerán nutricionalmente los alimentos.
Lo cierto es que en los últimos años se han presentado diferentes recubrimientos y películas que amplían la vida útil de frutas y verduras, se puede citar Edipeel, un recubrimiento comestible e invisible desarrollado por la empresa Apeel Sciences y presentado en 2016, que empezó a utilizarse para proteger los aguacates dos años después. Otro ejemplo más reciente es el recubrimiento con proteínas de huevo desarrollado por investigadores de la Universidad de Rice (Estados Unidos), con el que se puede ampliar la conservación entre 8 y 11 días.
Con este tipo de soluciones se lucha contra el uso y abuso del plástico, material que supone un gran problema para el medio ambiente, se lucha contra la pérdida y desperdicio de alimentos, además, se aprovecha un subproducto que de nuevo entra a formar parte de la cadena alimentaria. De momento habrá que esperar hasta que el nuevo recubrimiento se pueda producir y aplicar a gran escala, eso contando que sea viable económicamente y las empresas estén interesadas, ya que como hemos comentado, existen otros recubrimientos similares que ya están en el mercado.
Podéis conocer más detalles de este trabajo de investigación a través de la página oficial del EMPA.