El próximo 1 de julio entra en vigor el nuevo reglamento de frutas y hortalizas en el que se han eliminado 26 normas de calidad que hasta la fecha regían en productos como las judías, las cebollas, los melones o las espinacas. A principios del año pasado nos hacíamos eco de las intenciones de la UE de eliminar las normas de calidad de frutas y hortalizas, dichas intenciones indignaban a muchos productores, llegando a asegurar que la reforma del reglamento supondría convertir al mercado europeo en un basurero hortofrutícola.
Las intenciones de la Unión Europea prosperaron y a finales del año pasado se aprobaba la entrada en vigor de las nuevas normas de calidad en frutas y hortalizas. El nuevo reglamento de frutas y hortalizas elimina aspectos condicionantes como el tamaño, el color y la forma para que los productos puedan entrar en el mercado europeo. Recordemos que Michael Man, portavoz de la Comisión Europea, aseguraba hace unos meses que esta era una buena solución que permitiría a los consumidores afrontar mejor la crisis económica.
Michael Man aseguraba que era ridículo retirar del mercado alimentos por su tamaño o apariencia, lo verdaderamente importante es que estos alimentos ofrezcan una calidad y salubridad adecuada. Pues bien, gracias a la supresión de las normas, la introducción de alimentos procedentes de países no comunitarios se incrementará, esto perjudicará aún más a los productores comunitarios.
El todo a 100 de las frutas y verduras parece un hecho y aunque estos productos resulten más baratos, los intermediarios van a incrementar significativamente sus márgenes económicos. Basta con dar un vistazo al post La crisis de los pimientos verdes para darse cuenta de ello, si con productos de calidad de la huerta murciana ya se actúa de forma usurera, ¿que no se hará con este tipo de alimentos?, si ya de por sí estos alimentos se compran a precios ridículos (tomates de Marruecos) y se comercializan al mismo precio que los tomates de producción española, la entrada de nuevos productos sin normativas supondrá poner más contra las cuerdas a los productores comunitarios y es difícil creer que los consumidores podamos beneficiarnos.
Los representantes del sector europeo solicitaron una moratoria en la aplicación del nuevo reglamento de frutas y hortalizas, algo que ha desestimado la Comisión Europea. En este tipo de decisiones debería prevalecer la decisión de la mayoría, y parece no haber sucedido así con el nuevo reglamento.
El Comité de Gestión de la UE formado por expertos de los veintisiete países acordaba la desaparición de las normas, sin embargo 16 estados miembros no estaban de acuerdo con la supresión de estas, España y los principales países comunitarios productores se oponían a ella, FEPEX (Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas) denuncia este hecho incomprensible ya que se supone que la votación mayoritaria decanta una decisión.
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