A partir del próximo 1 de octubre se pondrá en marcha un nuevo impuesto de los refrescos en los Emiratos Árabes, país que se convierte en el segundo del golfo Pérsico en introducir este gravamen especial después de Arabia Saudita, que aplicó este impuesto en los refrescos y bebidas energéticas para reducir el consumo y mejorar la salud de la población. El gravamen que se aplicará en este tipo de bebidas en los Emiratos Árabes será del 50%, mientras que en el caso de las bebidas energéticas el impuesto se establecerá en un 100%.
Los nuevos impuestos se imponen con la convicción de que ayudarán a construir una sociedad más sana y segura, básicamente es el mismo argumento que se ha utilizado en todos los países donde se han introducido gravámenes relacionados con los refrescos azucarados. Como ya explicamos en su momento, 2016 fue el año del impuesto del azúcar o impuesto de las bebidas azucaradas, muchos países y ciudades propusieron, debatieron o anunciaron su introducción, tendencia que se mantiene y se incrementa en el presente año.
Una lata de refresco azucarado que se comercializa habitualmente a una media de 1’50 dírham (0’34 euros) costará a partir del mes de octubre 2’25 dírham (0’51 euros). En el caso de las bebidas energéticas, una lata de 355 ml que actualmente tiene un coste de 6 dírham (1.38 euros) se comercializará a 12 dírham (2.77 euros). La verdad, es difícil creer que la medida sirva de mucho, sobre todo sabiendo que los Emiratos Árabes es uno de los países más ricos del mundo, considerado uno de los cinco países con mayor ingreso per cápita. Claro, que en este caso la medida afectará sobre todo a las clases trabajadoras, formadas mayoritariamente por inmigrantes que tienen salarios bajos.
Según el Ministro de Hacienda del país, la medida permite diversificar las fuentes de ingresos del gobierno, aumentando sus recursos, fortaleciendo la economía y mejorando su sostenibilidad. Esto suena a chiste, sobre todo sabiendo que la riqueza del país se basa en la explotación del petróleo y gas natural, suponiendo la recaudación del impuesto de los refrescos y las bebidas energéticas un ingreso bastante pequeño, aunque no por ello despreciable, como podemos saber a continuación.
Según leemos en este artículo publicado en el periódico digital The Washington Post, parece ser que desde mediados del año 2014 se ha producido una caída en los ingresos relacionados con la exportación de petróleo y gas de los Estados del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo, por lo que este y otros impuestos que se han introducido pretenden, en cierto modo, compensar esa disminución de ingresos, por lo que se puede deducir que esta es la causa principal, siendo la mejora de la salud de la población una razón secundaria. Pero los refrescos azucarados y bebidas energéticas aún volverán a experimentar un nuevo incremento en su precio a partir del 2018, ya que se introduce en el país un impuesto del valor agregado sobre el consumo del 5%.
Los Estados que forman el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo se apresuran a introducir este tipo de gravámenes, por lo que probablemente en los próximos meses conoceremos el anuncio de la introducción de la medida en estos países. No será extraño que, dado que existe una política de introducir nuevas tasas, se ponga en el punto de mira a todos aquellos productos que tengan una carga excesiva de azúcar, sumándose así a la “guerra” generalizada existente contra el azúcar.
De momento no se han dado más detalles sobre la medida, si afectará a las bebidas azucaradas con base láctea, si el incremento del 50% del precio afecta por igual en los diferentes formatos de bebidas, etc. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de este artículo publicado en Gulf News.
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