Hace unos días el Gobierno del Reino Unido anunciaba la puesta en marcha para el próximo año, de un sistema unificado de etiquetado de alimentos por colores, es decir, un sistema de etiquetado semáforo que se mostrará en la parte frontal de los envases. Es un tema que se ha debatido durante los últimos años como consecuencia del incremento del índice de sobrepeso y obesidad en el país, se busca brindar al consumidor una herramienta que le informe rápidamente sobre el contenido de grasas, sal, grasas saturadas, azúcares o calorías para que elijan las opciones más saludables. El Gobierno del país ha trabajado para que las partes implicadas llegaran a un acuerdo y las empresas alimentarias y las cadenas de distribución han decidido aceptar el uso del nuevo etiquetado semáforo estandarizado de los alimentos.
Se prevé que a mediados del próximo año las etiquetas semáforo en el Reino Unido estén operativas, las etiquetas informarán sobre el contenido de los valores antes mencionados y se utilizará en cada uno de ellos el sistema de colores (rojo, naranja y verde) que dan nombre a este etiquetado. Parece ser que ha sido complicado poder alcanzar un acuerdo para utilizar un sistema genérico que se pudiera aplicar a todo tipo de productos. Paralelamente se incluirá una leyenda para que los consumidores conozcan las cantidades diarias recomendadas de cada uno de los valores destacados. Hay que recordar que en el Reino Unido se empezaron a introducir hace algunos años siendo, el país que contaba con más alimentos que incluían el etiquetado de los alimentos por colores, pero había una gran disparidad de diseños que confundía al consumidor, por lo que la estandarización ha sido una tarea complicada.
La FSA (Food Standards Agency, Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido) explica que los consumidores prefieren este tipo de etiquetas informativas, ya que con un simple vistazo pueden obtener más información que con los sistemas convencionales, en este caso, el etiquetado se basa en los porcentajes del valor diario recomendado de ingesta de azúcares, grasas y sal. Hasta el momento, cada empresa de forma voluntaria utilizaba un sistema informativo diferente, unos utilizaban etiquetas semáforo con los colores rojo y verde, otros utilizaban el sistema de cantidades diarias recomendadas mediante porcentajes, en otros casos se proporcionaban ambos sistemas, es decir, cada alimento portaba un tipo de etiquetado semáforo diferente que en vez de aclarar, confundía al consumidor.
Parece ser que el sistema seguirá teniendo carácter voluntario, ya que para que se introdujera de forma obligatoria sería necesario alcanzar un acuerdo en la Unión Europea, algo que por el momento es bastante complicado dado que algunos países están en contra del etiquetado semáforo. Pero volviendo al Reino Unido, el Ministro de Salud del país declara que al contar con un sistema informativo sólido de los alimentos, la probabilidad de que mejore la alimentación de la población se incrementa, esto se puede poner en duda si no se ha educado nutricionalmente a los consumidores. El Ministro explica que el sobrepeso y la obesidad cuestan millones de libras al sistema sanitario y unos simples cambios en la dieta mejorarían la salud y reducirían el gasto.
En BBC nos explican que para algunos expertos ha sido un gran paso a favor de la información y la salud, han sido muchos los escollos a superar, sin embargo, el carácter voluntario de la introducción de las nuevas etiquetas de los alimentos es algo que cuestionan, indican que se tardará mucho más en introducir el sistema en todos los alimentos, lamentan que no se haya realizado una regulación gubernamental obligatoria.
Pero claro, ahora aparecen otros problemas que hay que tener en cuenta porque parecen delatar que el sistema necesita algunas revisiones. Con las nuevas etiquetas alimentarias semáforo algunos alimentos y bebidas que se consideran saludables, pueden ser peores que otros alimentos preparados o bajos en gasas. Una empresa británica denuncia este hecho y como ejemplo pregunta: ¿desde cuándo un zumo de naranja es peor que una Coca Cola light?. Cuestiona el etiquetado y la razón es fácil de entender, un vaso del refresco contiene menos de una caloría y no contiene azúcar, por lo que se podría considerar saludable, pero esta bebida contiene algunos ingredientes artificiales como el E150d (colorante alimentario soluble que otorga el color caramelo a la bebida), acesulfame-K o E-950 (un edulcorante artificial 200 veces más dulce que el azúcar) y ácido fosfórico o E-338 (ingrediente habitual en los refrescos con una gran resistencia a la oxidación).
Un consumo elevado de Coca Cola «dietética» provoca una ingesta elevada de los ingredientes artificiales, según algunos estudios el consumo elevado de edulcorantes artificiales está asociado a la adicción del deseo de comer productos dulces, fuertes dolores de cabeza y otros efectos no deseados. La empresa dietética británica no está de acuerdo con el sistema e incluso afirma que contribuye al incremento de la obesidad, no concibe que el sistema catalogue más saludable el consumo de una barra de chocolate que una piña natural envasada, o que un filete fresco sea peor que una hamburguesa preparada para cocinar en el microondas. No concibe que algunos alimentos como las nueces se consideren menos saludables que otros productos cargados de ingredientes artificiales. Según leemos en Australian Food News, quizá se demonicen con el color rojo alimentos que en realidad son más saludables, parece que las empresas dietéticas o de productos considerados saludables no van a estar de acuerdo con la introducción del sistema estandarizado del etiquetado semáforo.