Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos) han desarrollado un nuevo dispositivo que tiene la finalidad de combatir la obesidad haciendo sentir saciedad, es decir, hace creer al cerebro que el estómago está lleno, simplemente comiendo unos pocos bocados. Se cree que este nuevo dispositivo podría ser una herramienta efectiva para ayudar a reducir la obesidad, ya que se implanta fácilmente, no funciona con baterías y es la evolución de un dispositivo similar denominado Maestro, que fue aprobado por la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) en el año 2015.
Decimos evolución porque “Maestro” es una unidad que requiere una complicada unidad de control y unas baterías de gran tamaño que deben ser cargadas con relativa frecuencia, este aparato administra impulsos eléctricos de alta frecuencia en el nervio vago o nervio neumogástrico (nervio que conecta el bulbo raquídeo del encéfalo con el estómago) para cerrar la comunicación entre el cerebro y el estómago.
La unidad Maestro necesita un mantenimiento continuo con las complicaciones que ello conlleva, en cambio, el nuevo dispositivo es muy pequeño, se coloca mediante un procedimiento mínimamente invasivo, no requiere baterías y no es tan agresivo, ya que genera unos suaves impulsos eléctricos que no eliminan la comunicación y que modulan los movimientos naturales del estómago correlacionándose con ellos para hacer creer al cerebro que está saciado, lo que permite una respuesta más natural que ayuda a controlar la ingesta de alimentos.
A diferencia de otros dispositivos o técnicas de cirugía bariátrica (procedimientos quirúrgicos para tratar la obesidad) como el baipás gástrico, que disminuye y restringe la ingesta de comida mediante la reducción de la capacidad del estómago, el nuevo dispositivo es reversible, es decir, una vez que se retira, se retoma el patrón normal de alimentación. De momento, sólo se ha probado con roedores de laboratorio y los resultados han sido satisfactorios, el siguiente paso será experimentar con animales más grandes y si se tiene éxito, se podrá empezar a hablar de realizar pruebas con seres humanos.
Parece ser que el aparato, que como ya hemos comentado no cuenta con baterías, sistema electrónico o cableado, se basa en el cambio de las ondulaciones de las paredes del estómago. Tras la comida, se inician movimientos u ondulaciones suaves (inicio de la actividad de los movimientos peristálticos) cerca del esfínter gastroesofágico, ondulaciones que aumentan en grado e intensidad a medida que se acercan a las paredes del estómago. Estos movimientos son los que alimentan los generadores internos del dispositivo para poder lanzar las señales eléctricas. Por tanto, se puede decir que se trata de un sistema automático que actúa cuando es necesario, es decir, cuando el individuo empieza a ingerir alimento.
Uno de sus desarrolladores, Xudong Wang, profesor de ciencia e ingeniería de materiales de la universidad, es un experto en el desarrollo de dispositivos portátiles, implantables y capaces de desarrollar electricidad. El investigador ha creado anteriormente nanogeneradores que se implantan en el cuerpo y que son capaces de obtener energía de los movimientos del corazón y la respiración. Ahora trabaja en el sistema comentado y tiene la intención de que sea el más efectivo existente hasta el momento para luchar contra la obesidad, estaremos atentos a los avances realizados mediante la neuro modulación, ya que el dispositivo podría ser toda una revolución en los tratamientos contra la obesidad y control de peso.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la Universidad de Wisconsin-Madison, y en este otro publicado en la revista científica Nature Comunications.
Foto 2 | Michael Stern