Según la Organización Mundial de la Salud, la deficiencia de hierro es una forma de malnutrición y una de las principales causas de anemia en niños y mujeres. Por otro lado, la deficiencia de zinc en la infancia provoca un retraso en el crecimiento de los niños y acarrea graves consecuencias para la salud. Los expertos comentan que la nueva variedad de arroz representa un gran avance en el campo de la ingeniería genética utilizada para mejorar y fortificar los alimentos, gracias a esta herramienta se puede proporcionar un mayor aporte nutricional con la misma cantidad de comida (en este caso arroz).
Recordemos que desde hace años se trabaja para mejorar el contenido de hierro en el arroz, se puede citar como ejemplo la investigación llevada a cabo por la Escuela Politécnica Federal de Zurich en el año 2009. Los investigadores, utilizando la ingeniería genética para incluir en la planta de arroz dos nuevos genes, lograron aumentar hasta seis veces los niveles de hierro presentes en los granos, comparándolos con otros tipos de arroz blanco.
Generalmente cada gramo de arroz contiene 2μg (microgramos) de hierro y 16μg de zinc, mediante la mejora genética con plantas de la misma familia se ha logrado incrementar el contenido a 13 microgramos de hierro y 28 de zinc, con ello se logra satisfacer el 30% de las necesidades diarias estimadas en los seres humanos, aunque éstas varían dependiendo de la edad. El nuevo trabajo ha logrado incrementar estas cantidades utilizando los genes de la nicotianamina-sintasa del arroz y ferritina (proteína responsable del almacenamiento del hierro) de la soja. Esta unión permite la producción de granos con un alto contenido en micronutrientes.
El material genético se introdujo en la variedad índica de arroz IR64 que se cultiva en varios países del mundo, pero especialmente en zonas del sur y sudeste de Asia, donde la deficiencia de hierro y zinc es frecuente entre la población. Mediante la optimización genética se ha logrado aumentar el nivel de hierro y zinc hasta 15μg y 45.7μg respectivamente por cada gramo de arroz, podemos comprobar que el mayor incremento se ha experimentado en el zinc.
Según los expertos, los resultados de la investigación han sido satisfactorios y muestran el gran potencial que tienen las técnicas de manipulación y modificación genética para mejorar el valor nutricional de los alimentos. Comentan que este es un ejemplo de como las innovaciones científicas en el campo de la ingeniería genética, puede dar solución y poner freno a las deficiencias de micronutrientes que existen en nuestro planeta.
El Instituto de Investigación Internacional del Arroz (IRRI) es una organización sin ánimo de lucro que desde hace décadas trabaja en el desarrollo de nuevas variedades de arroz que contengan características valoradas por productores y consumidores, que sea mucho más nutritivo y resistente al estrés medioambiental. También trabajan en el desarrollo de nuevas técnicas de producción para que se puedan rentabilizar al máximo los cultivos existentes en la actualidad.
Ahora están con una nueva línea en la que se están utilizando genes de fríjoles para crear nuevas variedades que puedan ayudar a reducir el problema de la malnutrición y otras deficiencias alimentarias que tienen los habitantes de los países en vías de desarrollo. Podéis conocer todos los detalles de la investigación, a través de este artículo publicado en la revista científica Nature.