El algodón se obtiene de las plantas de algodón que producen una fibra textil vegetal alrededor de sus semillas, estas semillas no son aptas para el consumo humano debido a su alto contenido en gosipol, un compuesto útil para las plantas porque las protege de enfermedades y plagas, pero tóxico para los seres humanos y animales monogástricos como los cerdos, las aves, los peces o los roedores. El caso es que esta semana, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ha aprobado unas nuevas semillas de algodón transgénico para la alimentación humana, semillas que están desprovistas de este compuesto.
Según los responsables de su desarrollo, esta nueva variedad de plantas de algodón dará un gran impulso a su cultivo, ya que además de las fibras textiles que se obtienen, la gran cantidad de semillas que producen abrirían nuevos mercados. Aunque en la actualidad las semillas de las variedades tradicionales se utilizan para la alimentación animal y en menor medida para la alimentación humana mediante la elaboración de aceite al que se le elimina el gosipol, ahora las nuevas semillas modificadas genéticamente están libres de este compuesto y se pueden consumir.
Los expertos de la Universidad de Texas A&M comentan que han probado las semillas transgénicas de algodón y que tienen un sabor similar al de los garbanzos, de todos modos, y aunque el USDA las ha aprobado para su cultivo, ahora es necesario que la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) apruebe la comercialización de las semillas como alimento para animales y para los seres humanos. Si se obtiene la aprobación, las semillas se destinarían a la alimentación de diferentes animales y probablemente a la elaboración de barritas proteínicas para los seres humanos.
Los investigadores comentan que el objetivo principal de esta variedad es verla crecer en países como la India y otros que están en vías de desarrollo, donde existen altos índices de desnutrición humana las semillas de algodón serían un producto más que aprovecharían los agricultores y que beneficiaría a la población. Los investigadores están en conversaciones con compañías que comercializan semillas que podrían reproducir el nuevo rasgo genético en las diferentes variedades de algodón que se produce en Estados Unidos y en otros países del mundo, parece obvio que dan por sentado que la FDA las aproará como alimento animal y humano. Bajo estas líneas podéis ver, en la fotografía de la izquierda unas semillas de algodón convencional que contienen glándulas con gosipol, y en la fotografía de la derecha las nuevas semillas donde se aprecia que no contienen estas glándulas.
Como parte del proceso de aprobación, el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del USDA preparó un borrador de evaluación de riesgos y un borrador de evaluación ambiental, documentos que estaban sujetos a revisión y evaluación pública para recibir preguntas y comentarios el pasado mes de agosto. Tras analizar los comentarios recibidos y realizar una revisión exhaustiva de los posibles impactos ambientales, se llegó a la conclusión de que la nueva variedad no tenía un impacto significativo en el medio ambiente, no afectando a otras plantas o cultivos. En la web del USDA podéis conocer el informe sobre la aprobación de la variedad de algodón, así como el resto de informes de los pasos que se han dado.
Hay que decir que se planteó que la eliminación del gosipol podría incrementar el riesgo de plagas, pero este compuesto sigue estando presente en otras partes de las plantas, por lo que se descarta ese riesgo. Merece la pena destacar que desde hace varios años se ha estado trabajando en el desarrollo de estas semillas sin gosipol, en 1995 los investigadores decidieron que era necesario intentar aprovechar las semillas de algodón, momento en el que se empezó a trabajar en el proyecto, posteriormente, en el año 2006 los expertos de la universidad lograron producir la nueva variedad de algodón, pero han tenido que pasar varios años realizando pruebas y superando controles antes de lograr su aprobación por el USDA.
Seguramente los grupos ambientalistas no tardarán en pronunciarse sobre esta variedad de algodón modificado genéticamente, veremos si aparecen nuevos estudios que apunten posibles riesgos para la salud y el medio ambiente. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la Universidad de Texas A&M.