La FDA ha puesto en marcha en Estados Unidos una nueva política para reducir el uso de antibióticos en la alimentación animal, se habla de un primer intento en firme para frenar lo que muchos expertos consideran un serio problema. Será interesante retomar la lectura del post El uso de antibióticos en animales en Estados Unidos pasa factura, podréis leer el informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, en el que se ponen de manifiesto todos los problemas relacionados con el uso innecesario de antibióticos en los animales.
La nueva política de la FDA sobre la regulación del uso de antibióticos en los animales no convence, se trata de una serie de directrices voluntarias dirigidas a las compañías farmacéuticas y a los productores de ganado, como ya hemos indicado en otras ocasiones, el carácter voluntario es un error y no tiene el efecto esperado. Este conjunto de directrices era muy esperado, aunque lo que se esperaba es que la FDA introdujera el carácter obligatorio. No ha sido así, por lo que el problema no desaparecerá.
Como sabemos, los ganaderos suelen administrar a los animales pequeñas dosis de antibióticos con carácter preventivo, para evitar que puedan enfermar y garantizar que alcanzan la edad adulta sin problemas. Pero por desgracia, lo que en realidad se promueve es el desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos y por tanto, se trata de un riesgo para la salud humana. Volviendo al mencionado informe de la CDC, en él se explica que las bacterias evolucionan para sobrevivir a los antibióticos y a todo lo que represente una amenaza, la resistencia que generan estos microorganismos no hace más poner en riesgo la seguridad alimentaria, en dicho informe se proporcionan cifras concretas.
Se explica que hasta el 80% de los antibióticos comercializados en Estados Unidos se destinan a la ganadería, éstos se administran en pequeñas dosis durante largos periodos de tiempo, una de las principales razones que los expertos apuntan por esta práctica es la intención de contrarrestar las condiciones de crianza insalubre de estos animales. A pesar de que muchos estudios demuestran el potencial riesgo de esta práctica, parece ser que los ganaderos no están dispuestos a abandonar el sistema actual de crianza y van a seguir utilizando los fármacos con fines no terapéuticos.
Bien, volviendo a las nuevas directrices de la FDA, se solicita que las empresas farmacéuticas cambien el etiquetado de los medicamentos utilizados en la alimentación animal, en ella se debe especificar cómo se debe utilizar el fármaco. Por otro lado, aquellos antibióticos importantes en la medicina humana no deben contener leyendas relacionadas con la estimulación del crecimiento, esta es otra de las razones por las que se utilizan estos fármacos. De momento se ha logrado llegar a un acuerdo con las dos compañías más importantes productoras de fármacos en Estados Unidos y las etiquetas se modificarán, en ellas se destacará que sólo se pueden utilizar para tratar y controlar una enfermedad del ganado. Actualmente, la mayoría de antibióticos que se comercializan para el ganado se pueden adquirir sin supervisión veterinaria, a pesar del cambio de etiquetado, posiblemente se seguirán utilizando como hasta ahora, se debería haber introducido la obligación de la prescripción veterinaria.
Es evidente que la nueva estrategia de la FDA sobre el uso de antibióticos en animales es muy limitada. El carácter voluntario se asocia a la confianza que tiene la agencia en las compañías farmacéuticas y otras empresas relacionadas, éstas tienen 90 días para manifestar cuáles serán sus intenciones, si aplicarán o no las recomendaciones del cambio de etiquetado. Pero no se ha anunciado ningún plan de acción en el caso de que las empresas no quieran realizar cambios, tampoco se han articulado mecanismos para obligarlas a dar a conocer cómo se deben utilizar los antibióticos en la alimentación animal.
La normativa propuesta tampoco cubre todos los posibles usos de los antibióticos en animales, recordemos que los ganaderos los utilizan para estimular el crecimiento y prevenir posibles enfermedades, en ambos casos el uso es muy similar. Tampoco se discrimina sobre tipos de fármacos y dosis recomendadas, parece que la FDA no ha tomado nota del informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Eliminar su uso para estimular el crecimiento del ganado sería un gran paso, obligar en vez de recomendar a que los veterinarios supervisen la administración de los fármacos sería otro logro, cuestiones que han sido obviadas. En definitiva, la FDA deja muchos cabos sueltos y vías de escape para que se puedan seguir utilizando antibióticos sin problemas, pero lo más grave es no haber prohibido su uso con fines preventivos aún sin sufrir las enfermedades.
Desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades se apunta que en la mayoría de casos, el uso de antibióticos en la ganadería y la agricultura son imprudentes, todavía queda un largo trecho por recorrer hasta que se pueda asegurar que estos fármacos se utilizan de forma responsable. Mientras tanto, y según destacaba en su informe el CDC, millones de estadounidenses sufren infecciones bacterianas que son resistentes a los antibióticos, también se apunta que cada año el número de personas que mueren a causa de este tipo de infecciones aumenta, estos datos están reflejados en este informe.
Muchas normas son de carácter voluntario y se considera que es un gran paso con respecto a la situación anterior, pero los críticos de estas nuevas medidas apuntan que seguirá existiendo un vacío legal que permitirá a los productores de ganado seguir utilizando los antibióticos. A todo esto hay que añadir que algunos productores no han visto con buenos ojos las nuevas directrices, consideran que ponen en riesgo sus explotaciones. Ya veremos si al final la FDA toma una decisión coherente y legisla con obligatoriedad los cambios planteados como voluntarios, será la manera de garantizar que se dejen de utilizar los fármacos sin necesidad.
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