Nueva petición para que la Comisión Europea limite las grasas trans

A raíz de la prohibición de las grasas trans en Estados Unidos, en Europa se han intensificado las peticiones para que se ponga en marcha una legislación que limite o elimine el uso de estas grasas en los alimentos. De momento sólo cuatro países de forma independiente han legislado sobre este tema, Dinamarca, Austria, Hungría y recientemente Letonia, el resto de países europeos tienen una legislación más permisiva sobre las grasas trans. Hay que decir que se sigue sin saber nada del informe que debía presentar la Comisión Europea el mes de diciembre de 2014, sobre el uso y el etiquetado de los ácidos grasos trans en los alimentos y su efecto en la dieta y en la salud de los europeos.

Con la intención de forzar a la Comisión Europea para que presente el informe y se ponga en marcha la reglamentación que limite o elimine el uso de las grasas trans, se ha enviado una carta abierta a la Comisión Europea firmada por Mondelez, Nestlé, Mars, Kellogg, la Sociedad de cardiología Europea, la EPHA (Alianza Europea de Salud Pública), la EHN (Red Europea del Corazón) y la BEUC, organización que representa y defiende los intereses y derechos de los consumidores europeos, para que se limite el contenido de ácidos grasos trans en los alimentos en un máximo de 2 gramos por cada 100 gramos de grasa, con el propósito de reducir el impacto negativo que estas grasas tienen en la salud.

Es difícil saber si la nueva petición para que la Comisión Europea limite las grasas trans será atendida o caerá en saco roto como las peticiones que han realizado anteriormente organizaciones de salud o asociaciones de consumidores, la CE está retrasando demasiado el esperado informe, y para muchas personas es algo que no tiene sentido. Existe una gran cantidad de información científica que muestra los efectos negativos que tiene para la salud la ingesta de este tipo de grasas, recordemos que consumir 5 gramos al día de grasas trans se asocia al incremento de un 23% del riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca.

Las empresas que se han suscrito a esta carta abierta (básicamente una declaración) se comprometen a la eliminación en todos sus productos de las grasas trans procedentes de los aceites parcialmente hidrogenados. Como sabemos, con la hidrogenación los aceites se transforman en grasas sólidas con la ayuda de un catalizador y la adición de hidrógeno a altas temperaturas y presiones, con ello se logra que se saturen los enlaces insaturados del aceite incrementando su punto de fusión. La solidificación de los aceites proporciona mayor estabilidad oxidativa al eliminar los ácidos linoléico y linolénico, responsables del deterioro de los alimentos por oxidación, por lo que se obtiene una mayor textura y “frescura” en los alimentos, lo que facilita su uso en la industria alimentaria y especialmente en el sector que se dedica a los alimentos procesados, los productos comerciales de pastelería, las comidas preparadas, etc.

Hay que decir que esta carta ha sido consecuencia de la reciente campaña en Twitter pidiendo la prohibición de las grasas trans en Europa, que puso en marcha la organización europea de consumidores BEUC. En ella se invitaba a ciudadanos y empresas a que se sumaran a la petición para que la UE prohibiera por ley las grasas trans, de ello hablábamos aquí.

Aunque empresas como Nestlé se han comprometido a eliminar para el próximo año el uso de los aceites parcialmente hidrogenados, fuente dietética de grasas trans artificiales presentes en los alimentos, en vez de pedir una prohibición total en la mencionada carta, se pide un máximo de 2 gramos de ácidos grasos trans con el propósito de alcanzar la armonización a nivel europeo y seguir las recomendaciones establecidas por la OMS (Organización Mundial de la Salud) de limitar a un máximo de 2 gramos el contenido de este tipo de grasas.

Es de suponer que tanta presión terminará por dar sus frutos y la CE presentará el tan esperado informe sobre las grasas trans basado en la experiencia de los Estados miembros y en las investigaciones científicas realizadas, a partir de sus conclusiones se debería poner en marcha la oportuna reglamentación. Podéis conocer el contenido de la carta abierta enviada a la CE a través de este enlace (Pdf), que hemos conocido a través de la EPHA.

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