El Consejo de Ministros aprobó ayer la elaboración de una nueva Ley de Seguridad Alimentaria dentro de la Estrategia de Seguridad Alimentaria 2008-2012 que ocho ministerios capitaneados por Sanidad y Consumo llevan a cabo con el fin de mejorar y reforzar la protección de la salud de la población en todo lo relacionado con la alimentación, lo que además logrará reforzar la confianza y los derechos de los consumidores.
El plan estratégico está conducido hacia una mejora de la coordinación del Gobierno con la UE, el fomento de la actuación y coordinación en conjunto de todos los implicados en la seguridad alimentaria, Ministerios, Comunidades Autónomas, consumidores, sectores económicos y comunidad científica, así como distintas medidas de mejora.
Entre estas medidas se encuentra la reducción de la concentración de grasas trans en los alimentos, la información real de los valores nutricionales y de propiedades saludables que pueden aparecer en el etiquetado de la alimentación para los lactantes, la información hacia la embarazada sobre los beneficios de la lactancia materna, la aprobación de la lista de sustancias permitidas para fabricar materiales plásticos que entren en contacto con los alimentos, la prohibición de decir que un alimento adelgaza (ahora sólo se podrá anunciar que es saciante o reduce el apetito si se ha demostrado científicamente) y el ya anunciado Plan de apoyo a los celíacos y a aquellos grupos de población que sean sensibles o padezcan alergias a los alimentos.
A pasitos cortos se van mejorando la calidad de la alimentación por la que sin remedio tenemos que pasar, siendo una fuente vital, deberíamos disponer desde hace tiempo de la confianza de que lo que compramos para nuestro consumo, nuestra nutrición y por ende, nuestra calidad de vida, nunca va a perjudicarnos, la salud está en nuestra alimentación, y vale que el equilibrio en la dieta se lo proporciona cada individuo, pero lo que no está en manos del consumidor debe procurar la posibilidad de comer seguro.
Vía | El Mundo