En los últimos dos años se han intensificado las investigaciones sobre la presencia de microplásticos en el pescado y cómo estos materiales pueden afectar a la salud de los consumidores, algo que a día de hoy se desconoce. Expertos de la Universidad Católica de Soegijapranata, de Indonesia, se han embarcado en una nueva investigación sobre los riesgos de los microplásticos presentes en el pescado para la salud humana. Se trata de un estudio a gran escala, que se considera el más grande que se va a llevar a cabo hasta la fecha.
¿Por qué se ha decidido poner en marcha esta investigación? Los expertos comentan que un estudio realizado hace algunos años en Estados Unidos determinó que Indonesia es el mayor contribuyente a la contaminación plástica en los océanos. El problema es de tal magnitud, que ríos y canales están literalmente bloqueados por montañas de desechos plásticos (un ejemplo se muestra en la fotografía), de hecho, Indonesia es el segundo mayor contribuyente mundial de desechos plásticos vertidos a los océanos después de China. Recordemos que recientemente conocíamos esta investigación desarrollada por la Universidad de Hong Kong en la que se ponía de manifiesto que la ciudad es la más afectada por la contaminación del plástico marino.
La investigación se está desarrollando en la ciudad portuaria de Semarang, ciudad de Indonesia situada en la costa norte de la isla de Java, que cuenta con una población de algo más de 1.600.000 habitantes. Los expertos tienen como objetivo calcular la cantidad de plástico que contienen los productos marinos, cuánto plástico pueden consumir de media los habitantes de esta ciudad a través de los productos del mar, y si es posible establecer un nivel de consumo seguro, aunque en este punto merece la pena recordar que según la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea), existe poca literatura científica sobre cómo llegan estos materiales a los pescados y mariscos, el grado de toxicidad que pueden tener y sus efectos en los seres humanos.
La agencia comentaba que, de momento, no se sabe si estos microplásticos y nanoplásticos son perjudiciales para los seres humanos, por lo que era necesario realizar investigaciones que dieran respuestas, investigaciones que son lentas y largas, por lo que se advertía que se tardaría tiempo en tener respuestas. Por fortuna, son varias las organizaciones e instituciones que se han embarcado en este tipo de estudios y es probable que las respuestas lleguen antes de lo esperado.
Los investigadores indonesios consideran que el hecho de que exista un gran desconocimiento del problema, así cono evidencias sobre el daño que pueden causar los micoplásticos en los seres humanos, no es una razón para que se retrasen las investigaciones, al contrario, es necesario conocer respuestas cuanto antes para poder establecer pautas de actuación. Cada vez más consumidores empiezan a estar preocupados por la presencia de estos materiales plásticos en los alimentos marinos, por lo que es necesario brindar respuestas cuanto antes, siendo este el principal objetivo de la investigación.
Los expertos comentan que la ciudad de Semarang es costera, por lo que sus residentes tradicionalmente comen muchos productos marinos, de ahí que se eligiera para el estudio. En una primera fase de este trabajo, se han analizado 450 muestras de seis tipos diferentes de pescados y mariscos presentes en los afluentes en la ciudad, tras realizar el análisis, se determinó que todas las especies contenían microplásticos. Por ejemplo, el 85% de las muestras de tilapia estaban contaminadas con estos elementos, cantidad similar detectada en otras especies, salvo en los moluscos, cuyo porcentaje fue del 52%.
La segunda fase del estudio ya se ha iniciado, en ella los expertos están analizando la dieta de 2.000 voluntarios durante un periodo máximo de cuatro semanas. Se estudia cómo preparan los productos del mar y si existe algún procedimiento para reducir la ingesta de material plástico. Algunas pautas de actuación son bastante obvias, por ejemplo, el sabalote o pez de leche, una especie de gran importancia comercial en el suereste asiático para la alimentación humana, se consume por completo, incluyendo sus intestinos, lo que forzosamente lleva a una mayor acumulación de microplásticos en el organismo, por lo que eliminándolos se reduce la ingesta de nanoplásticos.
Por cierto, es interesante recordar que según una investigación realizada por expertos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, los peces buscan los desechos plásticos para alimentarse. En realidad, estos desechos están cubiertos por materiales biológicos que son su principal objetivo en la alimentación, de ahí que se confunda el plástico con alimento. Comentamos esto porque precisamente el sabalote se alimenta de algas e invertebrados bentónicos, lo que forzosamente incrementa la presencia de microplásticos y nanoplásticos.
Estaremos atentos a los resultados de la investigación, de momento, podéis conocer todos los detalles de este trabajo a través de este artículo publicado en la página web de la Universidad Católica de Soegijapranata.