Hoy se ha puesto en marcha en Italia una nueva etiqueta que diferencia el pan fresco del pan precocido, a partir de hoy, los panes que se congelan o contienen aditivos químicos y conservantes para prolongar su vida útil, no podrán ser etiquetados y comercializados como frescos, tendrán que incluir una etiqueta con mensajes como “conservado” o “de durabilidad prolongada”.
Esta nueva ley se enmarca en el Decreto 1/10/2018, n. 131 que hace referencia a los nombres y términos legales que deben adoptar los productos de panadería, además, establece las normas que se han de cumplir para el procesamiento y comercialización de los cereales, la harina, la pasta y el pan. Se apunta que en el caso de los panes congelados o precocidos, el etiquetado debe resaltar claramente que la vida útil del pan se ha mejorado a fin de evitar posibles confusiones entre los consumidores.
A los panaderos se les exige que proporcionen información sobre los métodos utilizados para la elaboración del pan, si se han utilizado aditivos y conservantes, si se ha precongelado y cuál es exactamente la vida útil del pan. Aunque la ley ha entrado hoy en vigor, hay que decir que los panaderos ya conocían la ley que fue publicada el pasado 12 de noviembre, fecha desde la que se concede un periodo de 90 días para que realicen los cambios oportunos, por lo que todavía se encontrarán panes que no cumplan la nueva legislación.
Italia trabaja para mejorar poco a poco la información de los productos alimenticios que se ofrece a los consumidores, recordemos que en el año 2017 se introdujo el etiquetado de origen en la pasta y el arroz, poco después se anunció que se quería introducir el etiquetado de origen de los tomates, en este caso, quizá el año que viene conozcamos novedades. Lo cierto es que se presentan diferentes proyectos que tienen el cometido de informar al consumidor, pero también hay que decir que en algunos casos se trata de medidas proteccionistas, un ejemplo es el etiquetado de los tomates, cuyo propósito real es contrarrestar la importación de puré de tomate chino, que año tras año se ha ido incrementando.
El Gobierno de Italia también proporcionará una definición para panadería, lugar donde se cuenta con instalaciones para la producción de pan y otros productos de panadería o similares, que se elaboran desde el procesamiento de las materias primas hasta la cocción final. Coldiretti, la organización de empresarios agrícolas a nivel nacional y europeo, comenta que es un gran paso, pero queda una cuestión importante, el etiquetado obligatorio del origen de la harina que se emplea en la elaboración del pan, asegurando que sólo un etiquetado transparente puede permitir a los consumidores tomar decisiones informadas.
Esta organización comenta que el consumo de pan en el país se ha reducido un 50% en la última década y se ha alcanzado un mínimo histórico de consumo, que ronda los 80 gramos por persona y día. Sin embargo y paralelamente, se ha producido un crecimiento en el interés por el pan ecológico y los granos antiguos, como variedades locales de trigo, espelta, kamut, fonio, etc. También hay mayor interés por los panes de alto valor nutricional que se elaboran con masa madre, con poca sal, integrales, etc., básicamente lo que también ocurre en otros países.
A partir de ahora, un consumidor italiano sabrá si su pan es fresco o no. No estaría mal que una iniciativa similar se llevara a cabo en nuestro país, sería un modo de dar un valor añadido al pan y a quienes se dedican a elaborarlo de forma artesanal.