En los últimos años hemos conocido innovaciones tecnológicas en el mundo del etiquetado alimentario como, por ejemplo, las etiquetas PEGS con las que se puede conocer la frescura de los alimentos a través del teléfono móvil, una nueva etiqueta denominada Mimica Touch con la que se podría sustituir la fecha de consumo preferente y fecha de caducidad, e incluso un etiquetado que permite, además de controlar la degradación de los alimentos, detectar la presencia de posibles contaminantes.
Hoy conocemos la presentación de una nueva etiqueta que controla la cadena de frío del pescado congelado, ha sido desarrollada por expertos de la Universidad Estatal de Tomsk (Rusia) y la empresa Cryotech. Se trata de una etiqueta cuya composición química reacciona ante los cambios de temperatura, delatando si se ha producido una alteración en la cadena de frío durante su transporte y ha sufrido una ligera descongelación. Una particularidad es que una vez que la etiqueta cambia de color, aunque se recupere la cadena de frío los colores se mantienen, delatando que el producto ya no es 100% seguro.
Los elementos químicos del etiquetado térmico actúan ante una variación de temperatura y la etiqueta cambia de blanco a verde cuando la temperatura del pescado congelado es superior a -18 grados centígrados. La idea es congelar las etiquetas con el pescado, activándose automáticamente y ejerciendo un continuo control en la temperatura. Cierto es que existen etiquetas similares en China y Estados Unidos, pero una de las principales diferencias es que la nueva etiqueta es mucho más barata.
Los expertos comentan que el nuevo etiquetado se ha concebido tanto para ser colocado en el pescado congelado a granel, como en las cajas y packs individuales, esto ayudará a determinar la frescura del pescado congelado y en qué momento se rompió la cadena de frío, ya que, en teoría, se debe verificar en cada etapa del transporte que la etiqueta se muestra con el color correcto.
El etiquetado es muy útil cuando existe una cadena de transporte larga y el pescado debe viajar por mar, ferrocarril, carretera y posteriormente ser almacenado para volver a ser trasportado a los puntos de venta. En ocasiones es difícil saber cuándo y dónde se rompió la cadena de frío afectando al producto y echándose a perder, por ello, este tipo de sistemas de control pueden ser de gran ayuda, además, no se pueden cambiar o falsificar a diferencia de otras alternativas similares existentes en el mercado.
De momento, se ha presentado un lote experimental de etiquetas que será sometido a pruebas industriales en la cadena de suministro, si los resultados son favorables, es muy probable que se inicie la producción y comercialización del etiquetado para las diferentes compañías que trabajan con productos congelados. En este artículo de la página de la universidad comentan que la empresa Cryotech ha desarrollado dos tipos de etiquetas térmicas, una con auto activación y otra sin ella, ya que pretenden introducirse en otros nichos de mercado o trabajo que requieren una de las dos opciones, además, planea desarrollar otras etiquetas que se activen en distintos parámetros de temperatura.
Merece la pena retomar la lectura de este post en el que hablábamos de una investigación llevada a cabo por el grupo SINTEF y el Instituto Noruego de Nutrición e Investigación de Productos del Mar, concluía que el pescado congelado puede ser tan bueno como el fresco e incluso mejor, siempre y cuando se lleve a cabo un correcto proceso de congelación, transporte y descongelación.
Foto 2 | timquijano