Se conocen como nibs de cacao porque (como es habitual) hay una desmesurada tendencia a tomar prestados los términos en inglés aunque nuestra lengua sea mucho más rica, pero les podemos llamar virutas, plumas o puntas de cacao, de hecho, la traducción de nib sería punta en este caso.
Os hablábamos recientemente de las virutas de cacao en el post Sustitutos saludables para masas horneadas, donde explicábamos que este alimento podía sustituir a las virutas o gotas de chocolate en algunas recetas, con ello se aportan los grandes nutrientes que tiene el grano de cacao y se reduce el contenido en azúcar y grasas.
Las virutas de cacao se utilizan a menudo en productos de chocolate, desde unas simples tabletas de chocolate. Suben su sabor, aportan un toque amargo y además una textura crujiente, también se puede apreciar su sabor tostado, puede recordar a las almendras o a las nueces y al café, dependiendo de la materia prima, hay muchas variedades de cacao, seguramente sabréis que las principales son el Criollo, el Forastero y el Trinitario, os hablábamos de ello en el Taller de chocolate Valrhona.
En los últimos años ha aumentado el consumo de nibs de cacao y su incorporación en distintas elaboraciones, no sólo en chocolates y repostería, también se utilizan para hacer bebidas, por ejemplo para la cerveza.
Las virutas de cacao se obtienen de las semillas que una vez tostadas, se descascarillan y se machacan. Si el cacao se procesan pasando por la fermentación (que afecta principalmente a la pulpa, más que a las semillas) y el secado antes del tostado, desarrolla más sabor y es menos astringente, por eso podemos encontrar distintas calidades de virutas, además de las procedentes de las distintas variedades de cacao.
Actualmente es fácil encontrar este producto en tiendas de dietética y herboristerías, porque es un alimento muy nutritivo, la semilla de cacao (además orgánica) se considera un macronutriente. También se puede adquirir en tiendas especializadas en pastelería y chocolatería, hay muchos precios, un cuarto de kilo puede rondar los 8 euros, pero veréis que cunde bastante.
Podréis incorporarlos en el muesli, en la masa de galletas y bizcochos, en los helados, en infusiones y batidos, en barritas de cereales y/o chocolate… seguro que encontraréis muchas aplicaciones para este alimento del que desgranaremos sus propiedades nutricionales próximamente, recordaremos los procesos por los que pasa el cacao para convertirse en chocolate.