Las compañías alimentarias se esfuerzan cada vez más en mejorar sus productos en distintos parámetros, formulación, proporcionar información veraz a través de las etiquetas, seguir las premisas de respeto medioambiental y bienestar animal, etc. En este sentido, merece la pena dar un vistazo al Índice de Acceso a la Nutrición (AtN Index), un ranking de las 20 compañías alimentarias más importantes que se esfuerzan en mejorar sus productos y que está encabezado por compañías como Unilever y Nestlé.
El caso es que en los últimos años algunas compañías destacan por introducir ese tipo de mejoras, cambios que sorprenden, ya que hace apenas unos años gozaban de mala reputación por sus prácticas y hoy en día se han convertido en la punta de lanza de cambios en el sistema de producción alimentaria. Un ejemplo es Nestlé, la compañía ha anunciado la puesta en marcha de una nueva iniciativa, utilizará sólo huevos de gallinas no enjauladas en sus productos alimenticios, algo que se cumplirá en todo el mundo para el año 2025.
Esta multinacional suiza de alimentos y bebidas comenta que se trata de una transición larga y compleja que se realizará en distintas etapas, anuncia que para finales del año 2020 en Europa y Estados Unidos se abastecerá exclusivamente de huevos y productos derivados, como el huevo en polvo y líquido o las claras de huevo en polvo y líquido entre otros, obtenidos de gallinas ponedoras que no estén enjauladas, acción con la que se pretende ayudar a impulsar mejoras en el bienestar de las gallinas.
En el resto de países del continente americano, en Oriente Medio, África, Oceanía y Asia, el cambio se producirá en el año 2025, Nestlé comenta que actualmente en algunas partes del mundo como, por ejemplo, Europa, más del 40% de los huevos que utiliza proceden de gallinas que no están enjauladas. La compañía reconoce que dependiendo del país el cambio puede plantear más desafíos y ser más complicado de llevarlo a cabo, siendo necesario tiempo e inversión.
Por ello, Nestlé comenta a través de este comunicado que está implicada para gestionar la transición de forma sostenible y rentable, y para ello trabajará con sus proveedores, los agricultores, la sociedad civil y sus clientes. Comenta que existe el compromiso de que el cambio no afectará al precio de los productos, estos continuarán siendo accesibles económicamente y serán de calidad.
Con esta acción es probable que en el Índice de Referencia Empresarial Mundial sobre el Bienestar de los Animales de Granja (Business Benchmark on Farm Animal Welfare (BBFAW)), Nestlé logrará escalar posiciones. Si además añadimos otras acciones, como la de tomar medidas contra los abusos en la cadena de suministro de pescado y marisco, podemos comprobar que las políticas de la compañía han cambiado de forma significativa y no sólo en lo referente al bienestar animal o en la lucha contra el trabajo esclavo, también en la mejora de los productos alimenticios para hacerlos más saludables, recordemos que la compañía anunció que para el 2018 intentaría lanzar nuevos productos al mercado con un 40% menos de azúcar gracias a un nuevo procedimiento pendiente de patente, que se basa en la estructuración del azúcar y su rápida disolución.
De todos modos, no hay que adelantar acontecimientos, hay que esperar a ver si realmente todo lo anunciado se cumple, a pesar de que presente iniciativas loables es difícil que en tan poco tiempo pueda desprenderse de un mala reputación generada a través de acciones y denuncias como la de solicitar que se suavice la legislación sobre alimentos transgénicos, la de destacar los problemas asociados a los alimentos ecológicos argumentando que no son productos mejores para los consumidores, la de lanzar al mercado productos cargados de azúcares añadidos que son un riesgo para la salud de los consumidores, las denuncias asociadas al trabajo infantil de la industria del cacao, etc.
Son muchos los cambios efectivos que tendrá que realizar la compañía para poder dejar atrás una mala reputación cultivada durante varios años, pero siguiendo las nuevas políticas marcadas y que estas se traduzcan en hechos, grupos ambientalistas, asociaciones de consumidores y la población en general, agradecerán las medidas y probablemente cambien de parecer sobre sus actividades. Por otro lado, estas acciones provocan un efecto dominó con el que otras compañías también podrían empezar a trabajar con más énfasis en los cambios que requieren organizaciones y consumidores en la actual producción alimentaria.
Foto 2 | United Soybean Board