Desde hace unos años en Estados Unidos se ha estado debatiendo sobre el significado del término ‘natural’ en las etiquetas alimenticias, principalmente por la presencia de materias primas modificadas genéticamente en los productos alimenticios que incluyen esta declaración. Algunos consumidores y organizaciones ecologistas han estado denunciando esta situación desde hace años, pero las denuncias no prosperaron porque la FDA (Food and Drug Administration) no había definido el uso del término “natural” y cómo se debía aplicar en las etiquetas de los alimentos.
Sin embargo, el año pasado la Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos mostró su intención de iniciar los pasos oportunos para definir el uso del término “natural” en las etiquetas alimenticias y para ello pidió la colaboración de quienes estaban interesados en esta definición (consumidores y empresas), para que contestaran a una serie de preguntas cuyas respuestas ayudarían, en principio, a definir el término y reglamentar su uso (algo que va para largo). En Estados Unidos se trabaja en una definición legal de lo que son alimentos “naturales”, entonces, ¿necesita Europa una definición de lo que es un alimento natural?
Este es el tema tratado en un estudio conjunto realizado por expertos de la Universidad de Murcia, la Escuela Politécnica Federal de Zúrich y el Departamento de Investigación y Desarrollo del Grupo Hero. Según los investigadores, una definición del término ‘natural’ ayudaría en la aceptación de los alimentos y las tecnologías alimentarias, aumentando la comprensión y conocimiento de un concepto que en la actualidad se considera complejo.
Los responsables de la investigación han analizado 72 estudios realizados en 32 países en los que participaron un total de 85.348 consumidores, el objetivo del trabajo era contestar a las siguientes preguntas: ¿cómo se ha definido y medido la importancia percibida de la naturalidad para los consumidores?, ¿en qué medida la percepción de la naturalidad es importante para los consumidores?, ¿existen diferencias individuales en cuanto a la importancia dada a la naturalidad alimenticia, que puede explicarse por las características de los consumidores?, ¿la actitud de los consumidores hacia la naturalidad de los alimentos influyen en su comportamiento e intención de compra?
Los expertos explican que este estudio es un punto de partida donde la industria alimentaria, los consumidores y los responsables políticos pueden reunirse para ponerse de acuerdo sobre una definición para el término “natural” y cuando se puede utilizar este reclamo. Según los resultados obtenidos, se aprecia claramente que para la mayoría de los consumidores la naturalidad de los alimentos es algo crucial, esto se observa en los diferentes países en los que se han realizado estudios sobre el tema y a lo largo de varios años, por lo que descuidar el aspecto de lo ‘natural’ por parte de la industria alimentaria podría pasar factura a este sector.
Se han encontrado tres elementos clave que forman la comprensión de los consumidores sobre los alimentos considerados naturales, origen (la forma en la que se ha producido un alimento, cómo se cultiva y si es ecológico, convencional, etc.), ingredientes y tecnología (qué método de producción de ha llevado a cabo, si los productos integran aditivos, hormonas, contienen trazas de pesticidas, sabores artificiales, colorantes, etc.), y procesamiento (los procesos a los que se han sometido los alimentos y que han permitido mantener la integridad de los productos naturales crudos tanto como fuera posible).
No obstante, en relación al procesamiento, los responsables del estudio explican que se intenta alcanzar un equilibrio, pues los consumidores tienen conflictos de intereses en este aspecto, quieren comprar alimentos a conveniencia y ahorrar tiempo en la cocina, pero al mismo tiempo quieren comer alimentos naturales y no procesados. Esta cuestión plantea una oportunidad para la industria alimentaria, los procesos de producción, el uso de ingredientes, el envasado y la comercialización deben combinarse eficazmente de modo que los consumidores puedan percibir los productos como alimentos naturales que tienen muchas similitudes con los tradicionales.
Para los investigadores es un tema complejo, pero consideran que una definición clara de la naturalidad en un marco que sea compartido por toda la industria alimentaria, sería un valor añadido de importancia para los consumidores, una definición legal añadiría transparencia y claridad a la complejidad del tema. Sin embargo, las evidencias apuntan que se trata de un concepto muy complejo y abstracto, no se trata de que un producto sea o no 100% natural, por ello consideran que se debería establecer un grado de naturalidad que tenga en cuenta los ingredientes del producto, cómo ha sido procesados y cómo se ofrece a los consumidores.
Lo de incluir grados de naturalidad puede ser una solución, pero también puede ser un problema, ya que podría confundir a los consumidores que suelen buscar la simplicidad, aunque esta cuestión no se trata en el estudio. Los responsables de este trabajo han encontrado que la definición de ‘natural’ varía según el país y la región, por lo que alcanzar una definición única para ser aplicada en todos los países de la Unión Europea sería un gran desafío, de ahí que quizá aboguen por los grados de naturalidad. Como hemos comentado, uno de los autores del estudio es Hero, empresa que comenta que los resultados obtenidos servirán para alinear su modo de trabajar con las expectativas de los consumidores.
Hero aprovecha para comentar que la tecnología que utiliza en algunas de sus gamas alimentarias reducen el procesamiento al mínimo requerido, manteniendo color, aroma y textura de los ingredientes. Como apunte, hay que añadir que la empresa argumenta que aunque ha participado en el estudio, no lo ha financiado, pero ello no le libra de la sombra del conflicto de intereses, ya que utiliza los resultados para destacar que algunos de sus productos se enmarcan en lo que quieren los consumidores. Por cierto, merece la pena retomar este post en el que hablamos de los mensajes artesano, natural, tradicional o casero en los productos de alimentación, términos que engañan e inducen a error a los consumidores y cuyo uso abusivo fue denunciado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)
Cierto es que se necesita una definición de lo que significa natural, así como un marco regulador sobre los productos que pueden utilizar esta declaración, sobre todo sabiendo que la naturalidad es algo que los consumidores valoran cada vez más y de forma significativa. El estudio es interesante, pero lo cierto es que no aporta mucha luz sobre el tema y propone soluciones que parecen complicarlo más, no sigue la línea que parece seguir el trabajo de la FDA, algo más simplificado y quizá más transparente. Os recomendamos acceder a este interesante artículo publicado en la revísta científica Trends in Food Science & Technology para conocer todos los detalles de esta investigación.