Nariz electrónica del vino

El desarrollo de una nariz electrónica del vino que permite seguir la evolución de los vinos en tiempo real, será en breve una patente de la Comunidad de Madrid. La nueva nariz aliviará considerablemente los trabajos que debían realizarse con los vinos que se desarrollaban, se podrán eliminar numerosos análisis que se tachaban de insuficientes y algo ineficaces.

La nueva nariz electrónica del vino ha sido desarrollado gracias a la colaboración de la Consejería de Economía, el Instituto Madrileño de Investigación, Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) y el Instituto de Física Aplicada del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) y ha sido testado ofreciendo de un 70 a un 100% de aciertos en las clasificaciones que ha proporcionado en los distintos vinos que se estaban elaborando.

Evidentemente, el tiempo, el esfuerzo, la calidad y el ahorro económico son razones de peso que proporcionan una enorme importancia a la nueva nariz para el vino. Un grupo de sensores se encargan de analizar todas aquellas sustancias presentes en cada vino, logrando identificar hasta 45 compuestos químicos diferentes que han sido clasificados en siete apartados distintos, madera, oxidado, herbáceo, frutal, alteración y floral. Dependiendo del compuesto detectado, se pueden rápidamente aplicar las medidas necesarias para que el vino no se malogre.

La idea ahora es, una vez obtenida la patente, comercializar la nariz sabiendo que será un arma eficaz para las bodegas que podrán controlar con más eficacia la evolución de los vinos que elaboran en sus bodegas.

De todos modos, cabe indicar que aunque se trata de la nariz electrónica más fiable diseñada hasta el momento, podría ser un pequeño inconveniente el margen de error que se refleja cuando se ha utilizado con vinos obtenidos de las variedades Malvar, y Tempranillo, Garnacha y Airén, siendo los porcentajes de éxito de un 70 a un 98%, con lo que el sistema no es del todo eficaz.

Recordemos que desde hace algunos años son varias las universidades e institutos de investigación que desarrollan este tipo de sensores y no sólo para el vino, aceites de oliva, carnes, etc. El mundo enológico se encamina hacia la perfección, seguramente no pasará mucho tiempo para que se presente un nuevo modelo más sofisticado y eficaz que garantice vinos de una calidad insuperable.

Vía | Madrid Diario

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