Acabamos de conocer una decisión adoptada por Intercitrus (Organización Interprofesional Agroalimentaria del sector de la Naranja y el grupo Mandarinas) que posiblemente afecte a los precios que marcarán las naranjas en esta nueva temporada. Se ha acordado aplicar a las naranjas nuevos estándares de calidad que excluirán del mercado a todas aquellas naranjas que sean de menor tamaño que el que se ha establecido.
Esta decisión se traduce en una reducción de la recogida de la cosecha de un 25%, la idea es ofrecer a los consumidores un producto de calidad que pueda ser más considerado. La nueva decisión podría tener algo que ver con la intención de la Unión Europea de dar luz verde a las naranjas de Marruecos eliminando cualquier restricción que pesara sobre este producto, incluido el tamaño y la calidad. También cabe destacar que esta medida se desmarca de la decisión de la Unión Europea de eliminar normas de calidad en frutas y hortalizas.
El consumidor agradecerá naranjas grandes y de calidad, pero el abandono en los árboles de un 25% de la producción forzosamente se podría traducir en un aumento de los precios, aunque si la idea es no aumentar los precios, sería una buena estrategia para amedrentar y dejar fuera de juego a las naranjas que puedan ser importadas de otros países.
Pero no es el caso, en realidad se realiza este movimiento porque se han eliminado las ayudas que se proporcionaban a los agricultores para transformar estas producciones de menor calidad en zumos. Ahora la ayuda se proporciona como un pago único por la superficie de plantación (menos subvención) con lo que es más conveniente dejar en los árboles los frutos que no superan las nuevas medidas de calidad.
Esto se podría traducir en una supuesta reducción de la materia prima para elaborar zumo de naranja y por tanto un incremento de los precios de los zumos también (o inferior calidad), justificación utilizada por el sector del zumo que quizá no contrastaría con la realidad, ya que mucha de la materia prima empleada proviene de las importaciones. Pero todas estas suposiciones ya se verán, ahora nos centramos en los nuevos estándares de calidad que se han adoptado para la comercialización de naranjas y clementinas.
La nueva medida tendrá vigencia en todo el sector citrícola español y su establecimiento se encontrará sujeto a la eliminación de gastos innecesarios vinculados a la recolección, la manipulación o el transporte de todos aquellos cítricos cuyo valor comercial es prácticamente nulo. La medida además es una respuesta contundente a los responsables de la distribución comercial, no se van a rebajar los precios en base a los estándares de calidad tal y como tenían intención de realizar los intermediarios.
En el campo podrían terminar abandonándose nada menos que 1,5 millones de toneladas de frutos, de esta forma la superproducción se elimina y se garantizan unos precios mínimos. La verdad es que resulta preocupante la reacción de los intermediarios y a qué precio tendremos que comprar los consumidores las naranjas y mandarinas.