El sector de las bebidas hace tiempo que trabaja para ser participe de la carrera espacial, especialmente el sector de la cerveza, podemos citar como ejemplo el proyecto de la cerveza Budweiser para ser la primera bebida en llegar a Marte, o la iniciativa de la cervecera australiana 4 Pines Brewing Company para producir una nueva botella que permita beber cerveza en el espacio en condiciones de gravedad cero tal y como se bebería en la Tierra. Pero también encontramos otro tipo de bebidas que quieren tener presencia en el espacio, como el whisky o el champán.
Hoy conocemos un proyecto del productor de Champán GH Mumm de Reims (Francia), marca propiedad de Pernod Ricard que actualmente ocupa el cuarto puesto a nivel mundial en la producción y venta de esta bebida, para lanzar el primer champán diseñado para beberse en el espacio, se trata de Mumm Grand Cordon Stellar, bebida con la que se pretende reinventar el ritual de degustación de champán en condiciones de gravedad cero.
La marca se asoció hace unos tres años con Spade, una agencia especializada en diseño espacial para desarrollar Mumm Grand Cordon Stellar, champán que utiliza un revolucionario concepto de botella y unas copas especiales para poder seguir en el espacio el ritual de una celebración con champán. Con la gravedad de la Tierra, la bebida se vierte sin problemas, pero en el espacio, la ausencia de gravedad provoca que la tensión superficial del champán se convierta en una bebida difícil de sacar de la botella, ya que tiene la apariencia de ser un jarabe o melaza.
El problema se soluciona con una botella que integra un mecanismo con dióxido de carbono que permite verter la bebida, aunque en forma de espuma que, al pasar por un anillo de metal integrado en el cuello de la botella, se libera, como si se tratase de una bola de burbujas que quedará atrapada, en una copa especial con la que se recoge y permite mantener la tensión superficial (fuerza ejercida en la superficie de un líquido que está en reposo) hasta el momento de beberla. GH Mumm explica que en condiciones de gravedad cero el champán adquiere nuevas e insospechadas características de sabor, ya que esa bola de burbujas se transforma en líquido una vez que entra en contacto con la boca.
La tensión superficial hace que la gota flotante se adhiera al cristal de esta copa ligeramente cóncava de sólo cinco centímetros de diámetro, permitiendo que se eleve hasta llegar a los labios. También se puede brindar, algo que forma parte del ritual de una celebración con champán. Según la marca, en un contexto del naciente turismo espacial y las futuras expediciones a Marte, esta tecnología contribuirá a que los astronautas se sientan «más humanos», algo que para la marca se ha convertido en una prioridad. Podéis ver que el diseño de las copas es diferente al de las copas de la Tierra que cuenta con tallo y base, sólo tiene tallo y acaba en una forma puntiaguda, no tiene sentido que tenga base porque no se puede colocar sobre una superficie para apoyarla. En la fotografía podéis ver como esa nube de burbujas se mantiene sobre lo que sería el cáliz de la copa.
Se espera que el nuevo champán pueda ser ofrecido a los participantes en los vuelos de gravedad cero organizados por la empresa estadounidense Air Zero G, donde se puede disfrutar durante unos segundos de condiciones de gravedad reducida (un tercio de la gravedad de la Tierra). Por otro lado, se trabaja para poder suministrar la bebida en las futuras misiones y vuelos espaciales comerciales. La marca fue la primera en estar presente en el avión supersónico Concorde y ahora será la primera en estar presente fuera de la atmósfera terrestre.
En el siguiente vídeo podéis ver el proceso de elaboración de la botella y las copas, así como el descorche y el llenado de las copas en condiciones de gravedad cero en uno de esos vuelos para experimentar la ingravidez. A través de la página de Mumm Grand Cordon Stellar podréis conocer más detalles del proyecto.
1 comentarios
Hay que ver la cantidad de tonterías que hacen algunos.
Poner en órbita una masa de un kilogramo cuesta alrededor de un millón de euros. ¿Y vamos a poner una botella de champán en el espacio?
De verdad que a algunos habría que darles un cogotazo.