Las críticas, positivas o negativas, que reciben los restaurantes a través de páginas como TripAdvisor, Yelp, El Tenedor, etc., son habituales y en teoría son opiniones vertidas por los comensales sobre las experiencias que han tenido en los establecimientos, la mayoría se pueden considerar opiniones personales fiables, pero un pequeño porcentaje pueden ser negativas y fraudulentas por varios motivos. Este tipo de opiniones injustas que se vierten en internet pueden perjudicar seriamente la imagen de los establecimientos provocando una reducción de la afluencia de clientes.
Son opiniones difamatorias, insultantes y dañinas, no tienen ética ni moral, en algunos casos los comentaristas ni siquiera han visitado el establecimiento, y en ocasiones «cazar» a estas personas es algo complicado. Pero en algunos casos resulta tan evidente el fraude que no es extraño que el tema se ponga en manos de la justicia y el comentarista termine pagando una sanción. Hoy conocemos un curioso caso en el que un comentarista ha sido multado por una mala crítica a un restaurante francés pendiente de apertura, parece evidente que la persona que realizó la crítica negativa no se esperaba ser “cazado”.
El supuesto comensal habló del restaurante francés Loiseau Des Ducs (Dijon), indicando que era un establecimiento que estaba sobrevalorado y la comida que ofrecía era muy escasa, lo curioso es que el establecimiento aún no había abierto sus puertas y estaba pendiente de ser inaugurado. Se trata de un caso claro de una crítica fraudulenta con el propósito de dañar la imagen del restaurante, por ello Ahlame Buisard, director del grupo y gerente del restaurante Loiseau des Ducs, puso el caso en manos de la justicia asegurando que lo llevaría hasta el final para poder dar una lección a aquellas personas que comentan sin fundamento y con ánimo de hacer daño.
El autor se hacía llamar Clarifieur (El Clarificador) y realizó el comentario en una página francesa similar a Yelp en el año 2013, dos años después y tras haber identificado al comentarista, el Tribunal Supremo de Dijon ha determinado que no corresponde expresar una opinión objetiva en base a una experiencia real inexistente, ya que esta información en internet puede ser consultada por los usuarios y disuadir a posibles futuros clientes de que acudan al establecimiento. Por estas razones se ha condenado al infractor a pagar 2.500 euros de indemnización y otros 5.000 euros por los costes y procedimientos judiciales.
Según leemos en este artículo de The Guardian, lo más curioso es que este restaurante logró obtener una estrella Michelin en el año 2014 y las críticas recibidas en páginas como TripAdvisor dejan al restaurante como magnífico en todos los sentidos, muy buena comida, buen servicio, etc.
En varias ocasiones se ha demostrado que los filtros y controles que tienen este tipo de páginas de reseñas de restaurantes no son lo efectivos que debieran ser, merece la pena retomar la lectura de este post que trata sobre lo sencillo que puede resultar engañar a páginas como TripAdvisor. No es extraño que a raíz de las críticas injustas vertidas en la red se hayan unido los chefs y hosteleros franceses para intentar hacer frente al problema, es lógico teniendo en cuenta que perjudican a sus establecimientos. Recordemos que el año pasado se creó una petición para recoger firmas con el fin de intentar sensibilizar sobre el problema al Ministerio de Comercio y al Ministerio de Comunicaciones francés, de todo ello hablábamos aquí.
Foto | Loiseau Des Ducs